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La libertad de las concepciones falsas

Main page / Página principal / Selección-2005: “El camino a conciencia clara” / Pensamientos / La libertad de las concepciones falsas

Todos nosotros en muchas cuestiones confiamos en autoridades que meten en nuestras cabezas durante la educación familiar o en “el sentido común”; tememos quebrantar en nosotros mismos el sentido de seguridad. Si reniegan de esta acusación, aguántense un poco, pronto lo comprenderán por sí mismos.

Eric Rogers

Sumario

    El sumario del capítulo:

    02-01-01) Las concepciones y su papel en el surgimiento de EN.
    02-01-02) Los fuentes del origen de concepciones.
    02-01-03) Las concepciones evidentes y no-evidentes.
    02-01-04) Las concepciones “evidentemente vacías” y “de trabajo”
    02-01-05) La práctica de contraposición y de sustitución mecánica.
    02-01-06) Anticoncepciones. La definición y las variedades. Un ejemplo de la concepción de “el futuro”.
    02-01-07) Formación de la lista de concepciones.
    02-01-08) Clasificación de concepciones según su contenido.
    02-01-09) Objetivos fuertes y débiles.
    02-01-10) Clasificación de interpretaciones. La cuestión de parientes. La concepción de “relaciones”.
    02-01-11) La elección de interpretaciones. Ejemplos.
    02-01-12) Examen de concepciones, argumentos y contrargumentos.
    02-01-13) El método de la comprobación directa de concepciones.
    02-01-14) El cambio cíclico de concepciones.
    02-01-15) La concepción abstracta de “yo”. La práctica de conciencia de ausencia.

     

    02-01-01) Al ponerte a eliminar EN, notas que suelen aparecer cuando las cosas no van como quieres. EN están acompañadas por pensamientos de “esto es incorrecto”, “esto no es bueno”, “tiene que ser de otro modo”, es decir, tus ideas de cómo todo “tiene que ser” están en contradicción con lo que hay en la realidad, y el hábito de experimentar EN entra en juego precisamente en estos momentos. Perfeccionando los esfuerzos para la eliminación de EN, consolidando la claridad de que no quieres experimentarlas, en que quieres dejar este hábito del cual estás harta, asegurándote en el deseo alegre de experimentar percepciones iluminadas (PI), experimentando placer por la claridad de la conciencia, llegas a la manifestación estable del interés hacia el examen crítico de las concepciones.

    La palabra “concepción” se usa en ciencia para determinar un sistema relativamente no contradictorio de hipótesis e interpretaciones de los datos de experimentos. En el contexto de este libro la palabra “concepción” se utiliza en adecuación con el sentido que adquirió en nuestro lenguaje hablado – “un sistema de opiniones adquirido mecánicamente”.

     

    “Mecánicamente” significa que lo haces copiando ciega e irreflexivamente, bajo la influencia de EN (por ejemplo, del sentimiento de inferioridad propia, de incomodidad, del miedo de la actitud negativa hacia ti, del miedo de aislamiento, etcétera), sin razonamientos propios y sin la búsqueda propia de las razones como los datos experimentales. Es decir, una persona cree a pie juntillas cierta afirmación, y luego la sigue como si fuera absolutamente verdadera.

    “El sistema de opiniones” es un conjunto fijo de pensamientos que aparecen por costumbre en ciertas circunstancias.

    Por ejemplo, si un niño se golpea y comienza a llorar, aparece un conjunto habitual de pensamientos: “el niño está llorando – le duele – hay que consolarle”, y por esta razón se puede decir que existe la concepción de “hay que consolar a un niño llorón”. Pero con el tiempo puedes notar que llora y exige más, y tienes que consolarle más, entonces puedes dudar de esta concepción y empezar a razonar. Como resultado de estos razonamientos, observaciones, suposiciones derivadas y nueva experiencia obtenida puedes llegar a la conclusión que “consolar” al niño significa acostumbrarle a experimentar lástima de sí mismo. Al final, puedes cambiar tu comportamiento, no le consuelas, sino al contrario, privas al niño de atención siempre y cuando experimente unas EN fuertes y cuando él haga una pausa en su llanto, manifiestas hacia él atención y simpatía si lo tienes. Por efecto de esto, el niño llegará a entender que los llantos histéricos y la lástima brillante por sí mismo le privan de tu atención, y así obtendrá un estímulo para dejar el hábito de desarrollar cierta EN en cierta situación. A fin de cuentas eliminarás una concepción, experimentarás la percepción de claridad y te quedará sólo conseguir la eliminación impecable de las EN que aparecen de costumbre cuando el niño intenta captar tu atención por medio de las lágrimas.

    02-01-02) Obtienes las concepciones de las fuentes más diversas. Por ejemplo, si tu madre ve una cucaracha durante la cena, apartará la cara, gritará como una descosida y le tirará con miedo y repugnancia la taza, entonces tú, siendo un niño de pocos años, que contrae y absorbe todo, contraerás esta actitud hacia las cucarachas, después de que tomes fácilmente la concepción de “cucarachas son repugnantes”.

    El otro modo de hacerlo es autoritario. Si alguien “respetable”, “mayor” o “inteligente” informa con aire de importancia que no tienes que hacer esto o aquello, puedes creer esta confirmación a pie juntillas, ya que alguien tan “inteligente” o “respetable” no puede decir tonterías.

    El tercer modo es el mimetismo. Si te encuentras en una sociedad, empiezas a contraer las concepciones de esta gente, si quieres ser admitida en lugar de desdeñada.

    Quiero subrayar apartadamente el dolor y el miedo que guarda estrecha relación con él como el modo de contraer las concepciones. Si un niño se ha caído, se ha dado un golpe y se ha asustado, en este momento y bajo la influencia de la abuela compasiva contrae fácilmente la concepción de “correr rápidamente es malo y peligroso y estar sentado tranquilamente es bueno y seguro”.

    El quinto modo se basa en la equivocación de que cierto conjunto de hechos se consideran completos y definitivos. Cuando dices que “no existe la vida en Marte”, primeramente sobreentiendes que esta suposición se basa en hechos desconocidos hasta ahora, sino en el futuro se puede descubrir cualquier cosa más increíble e impredecible, pero con el tiempo aparece la seguridad firme de que no hay vida en Marte.

    El sexto modo es un error puramente lógico, o falta (o error) de premisas iniciales, o torpeza, es decir, la inercia específica de pensamiento que fue dado a la vida por fuertes EN.

    El séptimo modo se basa en el sentimiento de importancia propia. Decir algo con tono de importancia, “con conocimiento de causa” significa elevar a sí mismo a los ojos de la mujer, del amigo, de un colega, y luego no queda nada sino mantener este punto de vista hasta el fin, a pesar de lo absurdo que sea, recurriendo a la presión síquica (“¿no entiendes o qué?”), a embrollar el asunto, es decir, al desarrollo intencionado de la falta de claridad.

    El octavo modo son las otras concepciones que nacen de los pegajosos deseos mecánicos. Si tu padre considera que su hija “debe” informarle dónde va a pasar la noche, con quién hace sexo, etcétera, entonces cuando te vayas y no le digas nada, experimentará una explosión de alarma y agresión al querer hacerte cumplir su deseo y empieza a imaginar diferentes historias macabras, y cuanto más horrorosa sea la tontería que imagine, más alta será la posibilidad de que ésto va a ejercer una influencia en ti. Así él aplica los esfuerzos para nacer en sí mismo unas concepciones nuevas e intenta comunicártelas para volver a dirigirte y tenerte en la cárcel.

    El noveno modo y uno de los más difundidos es la insinceridad de los razonamientos. Puedes suplantar los argumentos, no llevar a cabo los razonamientos, adivinando que el resultado contradecirá tus convicciones, o puedes tener pereza de examinar los puntos débiles de tu concepción. Es característico para tales “razonamientos” que contienen los elementos como “es obviamente que…”, “es conocido de todos que…”, “los científicos descubrieron hace mucho que…”, etcétera (con todo eso, por supuesto, no hay ningunas referencias concretas a algunas declaraciones concretas de científicos o a unas comparaciones con otras opiniones).

     

    02-01-03) La gente piensa muy a menudo, ya que con la palabra “pensar” sobrentienden no el proceso de reflexión, comparación, análisis de los argumentos, etcétera, sino el proceso de juegos con concepciones.

    Las concepciones se dividen en dos clases. La primera son las concepciones evidentes, es decir, las concepciones que una persona puede formular y hacer avanzar por sí misma. Puedes haber leído muchos libros sobre los beneficios de la coliflor, inspirarte y empezar a convencer de esto a tus parientes.

    Vamos a imaginar otra situación: preguntamos a una persona si es posible dejar de experimentar las EN, y por supuesto contestará que no, pero esto no significa que alguna vez pensara en eso, examinara algunos argumentos y atestiguamientos o intentara aplicar esfuerzos por sí mismo. Estos pensamientos no se le ocurrieron nunca y antes de que le hubieran hecho esta pregunta, podría no saber que iba a contestar de esta manera. Y si le hubiesen propuesto enumerar sus ideas evidentes sobre la vida, esta concepción nunca aparecería en la lista. Tales concepciones las denomino no-evidentes. A pesar de que son no-evidentes, determinan el comportamiento de una persona ni tan solo un poco menos estrictamente que las evidentes. Si inducir a razonar a alguien que comparte la concepción de “es imposible dejar de experimentar EN”, puede llegar a conclusiones diferentes, tales como “es imposible dejarlo”, “a lo mejor es posible dejarlo”, “no sé, no lo he probado”, “hay que pensar”, “por que no”, etcétera, pero con todo eso va a comportarse como si compartiera completa e incondicionalmente la concepción de imposibilidad de dejar EN.

    Si una persona infringe una ley por ignorancia, asumirá la responsabilidad de todos modos, igualmente la gente experimenta las consecuencias de sus concepciones a pesar de que puede incluso no sospechar su existencia.

    Un ejemplo más de una concepción no-evidente: “no podré alcanzar la lucidez hasta el fin de mi vida”. Es imposible desmentirla prácticamente. Es poco probable que esta concepción suscite la inquietud perceptible, ya que se vale de algo muy lejano – del fin de la vida y de algo sumamente confuso – de “la lucidez”. No suscitará ningún diálogo interior, ya que el alto diálogo interior se carga de las cosas más actuales. Si alguien expresa esta idea, puedes no estar de acuerdo (depende del humor), o tener una actitud confusa hacia ella, pero con todo eso la concepción sigue existiendo y aplastando la aspiración. La compresión de la presencia de esta concepción puede nacer espontáneamente, por efecto de los esfuerzos para eliminar EN, del nacimiento de PI, del control del diálogo interior caótico, de una conversación con los practicantes, etcétera, y sólo después de esto sentirás todo el peso con que eres aplastado y podrás empezar a aplicar los esfuerzos para eliminarlo.

    Una concepción evidente está disponible para la investigación, mientras una no-evidente está para descubrir primeramente, después de que hay que formularla precisamente para convertirla en el objeto de investigación. Para revelar una concepción no-evidente propongo hacer la fijación escrita y el análisis del diálogo interior en el mismo momento cuando aparecen EN y cuando se extiende un FN o una EEN. Cualquier concepción – evidente o no-evidente – es una parte del diálogo interior (DI), es decir, una hilera de pensamientos que se deslizan rápidamente. El diálogo interior consiste en unas capas (sobre esto lea más detalladamente en próximos capítulos). El alto diálogo interior consiste completamente en palabras dichas para tus adentros, y tal pensamiento puede durar desde una fracción de segundo o más. El diálogo interior ciego consiste en palabras e imágenes incoherentes que duran desde 1/30 de segundo, y un pensamiento que consiste en una hilera de tales palabras e imágenes que pueden tener una duración muy corta, por ejemplo, la tercera parte de un segundo, así que “la toma” y la fijación de los pensamientos semejantes exigen gran atención y alta velocidad de eliminación de EN.

    A tal práctica la denomino “el trabajo operativo con concepciones no-evidentes”.

    El otro modo es la búsqueda de los pensamientos resonantes. Experimentando una EEN o un FN, no lo elimino inmediatamente, sino que sigo experimentándolo y dándole vueltas a temas diferentes, preguntándome a mi mismo: “¿Qué me preocupa y deprime? ¿He dejado la plancha enchufada? No. ¿Mi hijo tiene hambre? No… ¿Disgustos en el trabajo? No…”. Estoy buscando los pensamientos que tengan resonancia, es decir, surgirá una explosión de la intensidad del FN y aparecerán EN. Esto significa que se ha encontrado la dirección hacia la búsqueda de una concepción no-evidente. Luego doy vueltas a los pensamientos en este dominio hasta que descubra la resonancia de nuevo, que llevará a la estrechez más grande del dominio de la búsqueda. Cuanto más precisamente contornee el círculo, más alta será la posibilidad de la llegada de la claridad espontánea. Cuanto más frecuentemente me dedique a tal práctica, más perfectos serán los hábitos.

    El tercer modo de revelar los dominios de la búsqueda de las concepciones no-evidentes es “la modelación resonante”. Modifica en la imaginación una situación real y observa si el FN se intensifica, disminuye o sigue igual. Por ejemplo, imagínate que te aumentan el sueldo, y luego que lo reducen. Luego imagina que tu hijo empieza a estudiar mejor, y luego peor. Etcétera. Cada vez observarás una disminución o un aumento del FN, pero uno de los temas tendrá la resonancia especialmente fuerte que significa que ahí está el quiz de la cuestión.

    A menudo durante la búsqueda de concepciones se encuentran un montón de ellas. Por ejemplo, tienes unos huéspedes, estáis tomando té y de repente surge la inquietud. Al explorar el diálogo interior incoherente, entiendes que tienes miedo de que tu hijo empiece a comer haciendo ruido en presencia de los huéspedes. De ello se desprende la primera concepción de “comer haciendo ruido es incorrecto y malo”. Sigues las “excavaciones”: “pero ¿por qué me da miedo a mi si no soy yo quien come haciendo ruido? Porque ésto es mi hijo”. De ello se desprende la segunda concepción de “soy responsable de mi hijo”. Etcétera. Está claro que las concepciones se manifiestan como un conglomerado entero y se apoyan una en la otra. Para lograr la claridad, es necesario dividirlas esmeradamente y analizarlas una por una.

     

    02-01-04) Vamos a analizar dos tipos de concepciones evidentes. El primero después de bien mirado resulta evidentemente infundado. Lo denominaremos como “evidentemente huecos”. El examen de segundo tipo no te lleva inmediatamente a la claridad, es necesario hacer un análisis, un examen de argumentos y contra argumentos y contra contra argumentos, etcétera. Llamemos tales concepciones como “las concepciones de trabajo”.

    La liberación de una concepción evidentemente hueca sólo parece fácil, pero no es así. Porque a pesar de su falta de fundamento, es evidente y existe en este lugar, y entonces hay una razón para esto. La razón puede ser una de las nueve enumeradas más arriba, y además es el hábito e inercia. La eliminación de un hábito incluso el más inofensivo exige esfuerzos consecuentes y alegres, sobre todo si este hábito está apoyado por otros, por ejemplo, por un hábito de experimentar EN en cierta situación. Por ejemplo, en tu niñez te considerabas a ti misma fea. Cuando te convenciste del error que era esta opinión y entendiste que para un hombre eres belleza, pero para otro eres indiferencia, continuaste experimentando las mismas EN al conocer chicos, y la concepción evidente se convirtió en una no-evidente y siguió siendo “un disparador” para la aparición de EN.

    02-01-05) Para superar la inercia de la existencia de concepciones evidentemente falsas (o de las que fueron reducidas a casi evidentemente falsas por efecto de análisis), recomiendo el método de contraposición. Formulo un pensamiento que desmiente cierta concepción, es decir, formulo una anticoncepción, después de que realizo la práctica formal (mire hacia más adelante en el capítulo correspondiente) – me pregunto a mi mismo mil veces al día ¿qué considero justo, la concepción o la anticoncepción? ¿El pensamiento de que “soy fea” o de que “a alguien le gusto o a alguien no”? Por efecto de tal práctica que está acompañada por la eliminación impecable de EN aparecidas, lograré la tarea marcada – la influencia de una concepción evidentemente falsa en mi comportamiento disminuye poco a poco, hasta que cese absolutamente. El otro modo se llama la práctica de sustitución mecánica (SM). Es eficaz en los casos de las concepciones evidentemente falsas que fueron introducidas en ti realmente a la fuerza, es decir, por la ruda presión síquica. Tu madre se inclina sobre ti y te grita ¿“TE IMPORTA SENTARTE TRANQUILAMENTE? O por el contrario, te mira con lástima, casi llorando y te dice “¿por qué me ultrajas?”. Te acurrucas y “entiendes” que sentarte tranquilamente es bueno, mientras travesear es malo.

    La práctica de sustitución mecánica consiste en que dices muchas veces en voz alta la anticoncepción, por ejemplo, durante una hora entera cada día. Esto lleva al debilitamiento considerable de la concepción y actúa como un clavo que saca a otro clavo.

    Esta práctica permite también llevar a cabo la eliminación de las concepciones de trabajo cuando ya están reducidas al nivel de las concepciones evidentemente falsas o de las que están cerca de esto.

    Para la concepción de “hay que ayudar a la gente” la anticoncepción será la de “quiero ayudar sólo a los que me gustan y quienes me parecen simpáticos”, pero a menudo se pueden formar anticoncepciones sólo añadiendo negaciones simples: “si hace sexo con otra chica, significa que no siente cariño hacia mi” – “si hace sexo con otra chica, NO significa que no siente cariño hacia mi”.

     

    Se puede simultanear esta práctica con otra actividad, sin perder su eficacia por eso.

    Durante toda la vida repetíamos esta concepción – para nuestros adentros o en voz alta diez y cien mil veces, pero la fuerza de la influencia ciega es mucho menos que la fuerza de la influencia elegida por efecto de un deseo alegre, por eso sólo al repetir unas miles veces la anticoncepción, alcanzarás el objetivo de sustituir una concepción evidentemente falsa.

    Puedes realizar esta práctica junto con otros practicantes, primeramente un practicante dice en voz alta una concepción, luego repite la otra, con la particularidad de que no es obligatorio escucharla atentamente.

    02-01-06) Vamos a definir el término “anticoncepción”. Anticoncepción es una afirmación que:

    a) está en contradicción con el sentido de la concepción examinada,

    b) suscita resonancia con las percepciones iluminadas (PI),

    c) ahora mismo parece más fundada e incontestable que la concepción.

    A anticoncepciones para las concepciones abstractas (la determinación mira hacia adelante) les pueden faltar propiedad c), ya que según su determinación no se puede fundarlas ni desmentirlas. Por ejemplo, puedo formar la siguiente anticoncepción: “No existe el futuro, sólo existe “aquí y ahora”. No puedo fundarlo, ya que la palabra “futuro” no significa ningún conjunto concreto de percepciones, entonces no puedo afirmar que existe ni que no existe, pues no está claro sobre que se trata, pero ya que esta afirmación lleva a la explosión de anticipación, a la manifestación de deseos alegres y a la liberación del peso de preocupaciones diferentes y de los pensamientos sobre “el futuro”, entonces aparece el deseo de desarrollar esta anticoncepción.

    ¿Y si la aplicación de anticoncepciones es una forma de autoengaño? Les muestro que no es así. La concepción original que dice que “existe el futuro” no es nada más que un conjunto de palabras, ya que tienes unos pensamientos que contienen la palabra “futuro”, tienes unas emociones que aparecen con la palabra “futuro”, tienes unos deseos que surgen con los pensamientos que contienen la palabra “futuro”, pero no hay ninguna percepción independiente que llames con la palabra “futuro”. Cualquier percepción existe aquí y ahora. Así tienes la alternativa de mantener los pensamientos que por costumbre traen consigo la aparición de EN, o los que desmientan los pensamientos anteriores por efecto de que no aparecen EN. Con todo eso los primeros pensamientos, igual que los segundos son las concepciones abstractas, es decir, las afirmaciones sin sentido. Por supuesto, aparece el deseo de mantener los pensamientos-2 y después de que reduzcan a cero la influencia negativa de los pensamientos -1, renunciaré fácilmente ambos pensamientos, ya que me doy claramente cuenta de que la palabra “futuro” no significa ninguna percepción concreta. Es decir, no empiezo a creer en la anticoncepción, sino que la utililizo como un instrumento eficaz. Cuando produces un par de concepción-anticoncepción, te liberas del automatismo impuesto, y encima, en caso de las concepciones de costumbres puedes obtener experiencia auténtica, después de que podrás inclinarte más fundadamente a una u otra opinión, o dejar ambas.

    Si en un platillo de la balanza está una concepción, puesta por mi en el estado de sin conocimiento y aceptada mecánicamente, primeramente quiero equilibrarla por una anticoncepción, y luego examinar las dos en el estado de la libertad de prejuicios y de EN.

    Algunas frases que incluyen palabras que para mi no tienen ningún sentido concreto, resuenan con las percepciones iluminadas (es decir, ocurre una explosión de percepciones iluminadas), por eso, por razones de táctica las dejo por un tiempo en el lexicón.

    Incluso una ráfaga de leve viento puede romper un árbol gigantesco que está inclinado por su propio peso. Una concepción puede estar en contradicción muchos años con el sentido común y con los deseos alegres, pero en un momento puede derrumbarse por sí misma. Puedes vivir durante 30 años comunicándote con los parientes porque “hay que hacerlo” y “es una costumbre”, y no con quien quieres hacerlo verdadera y alegremente. Puedes saludar a los vecinos durante 30 años, mantener conversaciones sobre el tiempo y el trabajo porque “es desagradable negárselas”. Y en un momento el envenenamiento con esta mentira y con el miedo perpetuo de actitud negativa será tan evidente, la crisis será tan inminente que “el absceso” se abrirá con claridad de que “¡Es posible vivir de otro modo!”. La avalancha madura cae.

    Tendrás que trabajar tesoneramente con otras concepciones antes de que te abandonen, pero este trabajo no es para bienes ilusorios del futuro, sino obtienes el resultado ahora mismo, nada más lograr el aumento relativo de la claridad. Después de cada serie de sustitución mecánica, después de cada examen de argumentos de pros y contras, surge la afluencia de la claridad, con la que resuenan otras percepciones iluminadas, y paso a paso te diriges a la realización de los deseos alegres – a la liberación de EN y torpeza y al desarrollo de las percepciones iluminadas.

     

    02-01-07) La claridad lograda con la presencia de la concepción puede desaparecer en unos minutos, y la concepción escapará de nuevo al dominio de las no-evidentes, y tú sólo olvidarás tu descubrimiento. Es muy fácil convencerse de esto, prueba ahora mismo enumerar todas las concepciones que revelaste en ti misma, y en el mejor de los casos recordarás sólo una parte pequeña de ellas. Esto significa que todas las concepciones que no has acertado recordar en este mismo momento, están fuera del control, fuera de observación, y a lo mejor te influyen ahora mismo con la fuerza de antes.

    Obteniendo la claridad, te encuentras en un estado insólito para ti, al que no estás acostumbrada, por eso empiezas a caer rápidamente (a veces en unos segundos) en el estado habitual, donde no había claridad. De costumbre haces el mismo descubrimiento muchas veces, antes de que la claridad se haga estable, por eso propongo hacer una lista de tus concepciones y completarla al revelar las nuevas. Esto no sólo alivia la realización de análisis de concepciones, sino también el proceso de la búsqueda resonante de la concepción que es responsable del FN actual, – coges la lista y pasas por cada punto.

    En el caso de la mecánica actividad razonadora, la PI –claridad no aparece, y si llegaste alguna vez a una conclusión, la próxima vez sólo la repetirás sin experimentar algo nuevo, mientras la PI –claridad siempre se experimenta como nueva, incluso si está descrita con una frase que te suene.

    La gente corriente nunca logra la claridad, sino que sólo cambia una concepción por otra – primeramente cree en una y luego en otra. Es igualmente difícil encontrar a una persona que lograra la claridad y no sólo hiciera las conclusiones según las reglas de lógica, que encontrar a una persona que tenga experiencia en eliminación de EN y no la sustituya por otra emoción.

     

    02-01-08) Ahora vamos a clasificar las concepciones por su contenido. Los diferentes tipos de concepciones poseen diferente fuerza, estabilidad, nivel y calidad de integración en el común conglomerado conceptual, y de costumbre es racional aplicar diferentes tratos para diferentes tipos, por eso el objetivo de clasificación precisa de concepciones, incluso por el indicio de sentido, es muy interesante y eficaz.

    Dos grandes clases son concepciones “abstractas” y “mixtas”. Las concepciones abstractas son las afirmaciones que consisten en las palabras que no significan ningunas percepciones concretas, es decir, el sentido de las que son absolutamente poco claras. Por ejemplo: “El mundo es eterno”. No tienes ni idea que es “eterno”, ni que es “el mundo”, ya que no tienes ningún conjunto de percepciones que denomines con estas palabras. U otra concepción: “Yo soy humano”. No está claro que es “yo”, ni que es “humano”, pero por supuesto, todos están seguros de que son humanos.

    Más ejemplos: hay variación, hay cosas invariables, hay un principio, hay un fin, hay lucidez, hay tenebrosidad, hay sujeto, hay objeto, hay vivo, hay muerto, hay uno, hay otro, hay existencia, hay no-existencia, hay conciencia, hay inconsciencia, hay activo, hay pasivo, hay yo, hay tú, hay entero, hay parte, hay pasado, hay presente, hay futuro. Las concepciones mixtas son las afirmaciones en que las palabras sin sentido tales como “eternidad”, “honradez”, “el orden cósmico”, “justicia” o “dios” están mezcladas con términos que significan unas percepciones, prohibiciones e impulsos bastante concretos, tales como “vergüenza”, “no se puede”, “haz”, “debes”, etcétera. Por ejemplo – “la justicia exige que lo haga”. Nadie lo tiene claro – qué es “justicia”, pero está claro que significa “hacer algo”. O “es vergüenza que sea mala”. No está claro que es “mala”, sino está claro que es “tener vergüenza”. La gente se hace pudrir literalmente a sí misma con la ayuda de una cantidad grande de concepciones mixtas. Las concepciones mixtas influyen mortalmente en la capacidad de experimentar las percepciones iluminadas (incluso los deseos alegres), ya que reglamentan estrictamente tu vida, pero el sentido de este reglamento no está claro.

    Imagínate que en el código penal hay un artículo según cual te pueden castigar por tener “mal carácter” sin ningún tipo de explicación más. O por “la inobservancia de las ideas de Dios”. ¡Qué caos surgiría si el poder legislativo administrara el juicio según estos artículos y el poder ejecutivo cumpliera estrictamente las sentencias del tribunal! Y pasa exactamente lo mismo en tu vida cotidiana. El legislador (una concepción) te dice: “es una vergüenza estar desnuda”, el ejecutor (un deseo mecánico) te manda: “vístete en seguida”, los inspectores (las emociones de vergüenza, de miedo, de reprobación, etcétera) vigilan que cumplas el orden al pie de la letra. Al final tendrás un caos horrible, un montón de EN, ausencia de los deseos alegres y, por consiguiente, la ausencia de los cambios que llevan a los estados por ti deseados.

    La subdivisión siguiente de las concepciones depende de tu fantasía. Por ejemplo, las concepciones mixtas se pueden dividir en:

    *) Las concepciones cotidianas

    *) Las concepciones sobre la práctica

    *) Las concepciones sociales

    *) Las concepciones fundamentales

    *) Las preferencias mecánicas

    *) Las preocupaciones

    *) Las apreciaciones

    *) Los objetivos mecánicos

    *) Las apreciaciones mecánicas

    *) Las interpretaciones mecánicas

    Las concepciones cotidianas son las afirmaciones que reglamentan la vida en tu casa. “La ropa en el armario debe estar limpia”, “no se puede comer en el suelo”, “hay que levantarse temprano por las mañanas y no estar tumbado hasta muy tarde”, “es indispensable trabajar y ganar más dinero”, “hay que respetar a los mayores”, “hay que ahorrar dinero”, “hay que tratar las cosas con cuidado”, “hay que tener un objetivo explícito en la vida y aspirar a él”, etcétera. Todas las concepciones cotidianas se apoyan en una forma evidente o velada sobre los términos de “hay que”, “no se puede” o “no está bien”, etcétera. No está claro qué es “hay que”, “no hay que”, “está bien” o “no está bien”, por qué no se puede hacer una determinada cosa y otra sí, aunque de costumbre nadie piense en esto.

    Análogamente con las concepciones cotidianas se pueden formar las concepciones basándose incluso en mi práctica: “hay que eliminar EN”, “es malo estar lleno de concepciones”, etcétera. La práctica del camino recto es la aplicación de los esfuerzos para realizar los deseos ALEGRES, es decir, los que están acompañados por entusiasmo, ilusión y otras PI, a condición de que estos deseos pertenezcan a una de las dos clases: 1) la eliminación de tenebrosidades (de EN, de concepciones, de los deseos mecánicos, es decir, sombríos, de sentimientos desagradables, de la conciencia mecánica discerniente), 2) el nacimiento de PI (mire la lista en el capítulo “La estrategia de la práctica eficaz”). De todos modos recomiendo seguir a los deseos alegres, pero si no pertenecen a estas dos clases, esta no es la práctica del camino recto por determinación y será lógico denominarla de cualquier otro modo, por ejemplo, “etapas previas”.

    Las concepciones sociales regulan el comportamiento de un ser humano en la sociedad, sus relaciones con la gente o con instituciones sociales – registro civil, almacén, policía, compañeros de trabajo, etcétera.

    Para el trabajo eficaz con concepciones, es útil destacar y hacer una lista de las enfermedades conceptuales más graves, que se enraizaron tan profundamente en los seres humanos, que no sólo su examen imparcial o su eliminación, sino incluso una indicación sencilla en ellas es una tarea extremadamente difícil a causa de la aparición inmediata de un espectro entero de EN brillantes, las que rotan igual que las que aplastan. Tales concepciones, las denomino “fundamentales”. A causa de la gran cantidad de EN que traen consigo, ¡un practicante puede fallar al reconocer en sí mismo tales concepciones! Así que es racional recurrir a otros practicantes para que te hagan pasar por el espectro de las concepciones fundamentales conocidas por ellos, observando tus reacciones. Lo que alivia la tarea es que cada época, cada cultura se caracteriza por unas concepciones fundamentales bastante típicas.

    Las preferencias mecánicas son un conjunto de pensamientos cuyo tema es “sería grande si fuera así”. De costumbre, no piensas por qué sería grande y sólo actúas según un esquema habitual, no analizas lo que sucedió las últimas veces cuando pasó algo que consideraste “bueno”. Las preferencias no-mecánicas son las suposiciones que están basadas en los siguientes cálculos: “debido a ciertas circunstancias y a unas leyes por mi conocidas, supongo que ciertos eventos llevan con gran probabilidad al resultado deseado”.

    Las preocupaciones son un caso especial de las preferencias mecánicas – un conjunto de pensamientos con el tema de “sería horrible si pasara así” o “¡Dios nos guarde de que esto pase!”. Les acompaña la EN del mismo nombre. Con todo eso no analizas los cambios que tuvieron lugar después de que te había ocurrido algo de que temías. Si haces una lista de tales situaciones, será fácil atisbar que de costumbre por efecto de tales eventos la vida había cambado tanto que luego pensaste “que bien que todo pasó así”.

    Las apreciaciones son una descripción de cierto grupo de percepciones en arreglo a cierta escala. Una apreciación mecánica surge cuando una escala por ti elegida resulta absurda, es decir, no se basa en el análisis de tu experiencia, está adquirida por ti mecánicamente, o ausente absolutamente y las apreciaciones se forman sólo por costumbre o con el deseo de mantener una EN. Si una apreciación aparece por efecto de un deseo alegre y sobre la base del claro pensamiento razonable, entonces no se convierte en una dura etiqueta que está pegada a un grupo de percepciones y en cualquier momento puedes quitarla, que hace flexible el conjunto de interpretaciones y te deja libertad para superar la mecánica conciencia discerniente.

    Los objetivos mecánicos son un conjunto de pensamientos con el lema de “tengo que lograrlo”, “hay que lograrlo”. Con todo esto no analizas los cambios que tuvieron lugar después de la realización de los anteriores objetivos mecánicos. Si realizas tal análisis, será fácil revelar que muy a menudo a fin de cuentas sufrías una desilusión y no lograbas lo que habías calculado. Los objetivos no-mecánicos son los pensamientos como “quiero realizar cierto deseo alegre”. ¡No confundas los pensamientos y los deseos! Existe un deseo de ir a pasear y existe un pensamiento de “quiero ir a pasear”. En el proceso de la realización de un deseo alegre (es decir, del logro de un objetivo no-mecánico) sigo la presencia de la resonancia entre este deseo alegre y los deseos que se denominan como “los medios de la realización del deseo”.

    A la misma clase de objetivos pertenecen los pensamientos que llamamos “los objetivos intermedios”, que corresponden a los deseos que denominamos “los medios”. Si tienes un deseo de comer huevos fritos, entonces tienes un pensamiento de “quiero cocinar los huevos fritos” y un pensamiento-objetivo intermedio de “[debido a unas circunstancias (a que pertenece también un deseo alegre, la presencia de la cocina, etcétera) y a ciertas leyes conocidas a mi] es necesario encender la cocina”. La confusión en esta cuestión aparece porque en nuestra lengua la palabra “objetivo” se utiliza para denominar pensamientos y deseos. Al eliminar esta confusión, es muy fácil llegar a la claridad.

    Las apreciaciones mecánicas son un conjunto de pensamientos con el lema de “no tuvo que hacerlo”, “un hombre bueno”. Las apreciaciones no-mecánicas son los pensamientos como “debido a sus ciertas muestras, tengo motivos para suponer que él experimentaba ciertas cosas” o “ya que se muestra a sí mismo de este modo, considero sus acciones como…” .

    Las interpretaciones mecánicas se basan en un examen ocasional o en un hábito mecánico, o son determinadas por una EN, pero no se apoyan en los razonamientos. Por ejemplo si has entrado y has gritado, puedo ofenderme y elijo una interpretación que apoya a mi ofensa: “sólo es un sinvergüenza”. Pero si soy una persona de buen juicio, entiendo que hay una serie de posibles interpretaciones, – que haces un experimento, que es una broma o que no me gritas a mí, etcétera. Según las circunstancias y las leyes conocidas por mí, a fin de cuentas determinaré qué suposiciones son más fundadas. Luego puedo hacerte preguntas, observar tu comportamiento y corregir la interpretación, si apareciesen razones para esto.

     

    02-01-09) Voy a introducir el término de “objetivos fuertes”, cuyo logro, a tu juicio, te hará más feliz, tales como terminar la carrera universitaria, casarse, hacer carrera, aprender japonés, desarrollar los músculos, etcétera. El no-logro de estos objetivos está acompañado por lástima de sí mismo y por los pensamientos de “si lo lograra, viviría la vida de verdad…”. El logro de estos objetivos, por supuesto, no hace a nadie más feliz (es fácil convencerse de esto al mirar a los que alcanzaron sus objetivos o por lo menos a sí misma) y entonces formas espasmódicamente unos objetivos nuevos, que no te hacen feliz de nuevo y tú vuelves a inventar justificaciones y explicaciones para esto, te propones objetivos nuevos hasta que los deseos alegres mueran por completo y tú mueras con ellos debido a la vejez y marasmo.

    Como regla general, la gente se propone fuertes objetivos de instinto gregal, o determinándose por concepciones, por EN o por el deseo de poseer, experimentar SImP, causar impresión, experimentar satisfacción sin preocuparse sobre el análisis de la vida de los que ya lograron este objetivo, para pensar cómo un objetivo alcanzado puede hacerle más feliz. En el proceso del logro de fuertes objetivos, la gente suele experimentar todo el espectro de las EN conocidas por ellos.

    Si tus objetivos están determinados por SImP, por el deseo de causar impresión, entonces aprendes idiomas con entusiasmo, lees diferentes libros, empiezas a comprender las cosas diversas, aprendes a declamar, a apasionar, a contar, te conviertes en un erudito, puedes enseñar a otros, admirar con tus conocimientos y capacidades, escribes libros…y por supuesto, con todo esto experimentas una cantidad enorme de EN y a pesar de todo terminas tu vida en el marasmo entero y en la desolación, con la cabeza llena de números, hechos e hipótesis, con el corazón que se convirtió en sólo un músculo, según todas las leyes de anatomía y con el cerebro que se convirtió en lo mismo.

    Una persona que está dirigida por un deseo alegre, también se propone un objetivo, pero experimenta alegría y contento ahora mismo, en cada momento del proceso de su logro – así es la naturaleza de los deseos alegres, encima, el logro igual que el no-logro del objetivo no cambian que se esté experimentando un placer en la vida.

    Denomino como “los objetivos débiles” los que se propone la gente para ser atronada, para ahogar la grisedad y el aburrimiento, son ciertos jalones que se ponen en la vacuidad para que parezca que se está dirigiendo a un sitio. Por delante se vislumbra la vacuidad absoluta, pero ¿quién tiene suficientes fuerzas para reconocerlo? Y entonces lanzan allí – en la vacuidad desconocida – cierto jalón que se clava allí y hacia el que se arrastran y obtienen un anestésico y entorpecedor alivio durante todo el proceso del movimiento que se cambia con los ataques atormentadores de melancolía y de absurdidad de la vida, y a final, al lograr el objetivo, a veces obtienen una efímera y cadavérica calma y así están vagando sin fin por el vicioso círculo de este agujero. Por ejemplo, estás viendo un programa de televisión y ves que hoy echan fútbol, sientes calma porque ya tienes la tarde llena – tienes un objetivo. Luego llamas a un amigo y vais con tu esposa de visita, bebéis cerveza, charláis sobre cosas y otras y por la mañana te esperan los asuntos del trabajo, entonces aquí no hay que pensar – es un objetivo bastante claro que me adormece desde el lunes hasta el viernes, y el domingo iremos al cine, y ahora mismo voy a cenar y mi próxima hora también está ocupada. Son objetivos “débiles”, pero es extraordinariamente difícil salir de este cautiverio. Les he llamado “débiles” porque no aparecen como una explosión brillante y prolongada, sino que están envueltos como en una niebla, pero esta niebla tiene la presa cogida de muerte. La vida cotidiana de una persona ordinaria no existe sin los objetivos débiles. No hay ni tan solo una hora en la que cuando no esté ocupado con algo, y si tal hora aparece, en seguida surge la preocupación y el aburrimiento, y si no encuentra urgentemente una ocupación, las EN aumentan hasta una intensidad intolerable. ¿Cuándo fue la última vez en la que sólo estabas sentada, paseabas o estabas tumbada sin cualquier otra preocupación sólo contemplando el cielo o paseando por el bosque, al haberte liberado de los pensamientos? El permanente amontonamiento de los objetivos débiles convierte tu vida en un lío soso y de muerte.

    Intenta estar entre gente sin hacer nada. La reacción será inmediata y agresiva – aplicarán todos los esfuerzos para “lanzarte a la orbita de hacer cualquier cosa”, eligiendo todos los medios accesibles – burla, reprobación, persuasión, AN y violencia directa. Nadie puede parar, nunca. Todos tienen que dar más vueltas que una ardilla, todos tienen que tener problemas. Es una ley no escrita de la sociedad en la que vivimos. A nadie se le puede dejar salir casualmente fuera del espinoso alambre, y uno de los principales guardias son tus propias concepciones y miedos, ya que éstas dan mucho miedo – reconocer sinceramente que tus objetivos están vacíos, que todas las direcciones llevan por el círculo vicioso y que todos los ahorros y logros no cambian nada en cómo vives este momento – experimentando EN o PI. La práctica de la eliminación de los objetivo débiles primeramente está acompañada por un choque parecido al que experimenta un drogadicto que no obtiene su dosis, por una explosión fuerte de EN y de los deseos espasmódicos, pero después de la superación de este “mono” aparece una asombrosa PI llena de llenura e integridad. Los deseos alegres, la anticipación y otras PI que se despiertan al paso de la liberación de los objetivos débiles, no sólo están en contradicción con esta integridad, sino al contrario – resuenan con ella.

    Las actividades mecánicas llenan completamente la vida y la hacen gris y desprovista de sentido, y aunque es difícil romper este círculo, pero no es imposible, todo depende de tus esfuerzos alegres. Mira tu vida durante la última hora y piensa ¿no estabas ocupada con algo? ¿los pensamientos no daban vueltas de un lado al otro? ¿Cuántos minutos al día sufres que no estás libre de concepciones, EN y deseos mecánicos? ¿Cuántos minutos al día de tiempo efectivo aplicas esfuerzos desesperadamente para experimentar EN? ¿Cuántos minutos al día de tiempo efectivo estás apoderada por una sed irresistible de PI? Y con todo esto ¿estás esperando tal vez algo? ¿Estás razonando sobre la búsqueda, la verdad y el amor? Es una estupidez evidente. Incluso para aprender inglés, es necesario que te entregues a esto seriamente y para mucho tiempo. ¿Por qué entonces la gente supone que para liberarse de tenebrosidades y para aprender a experimentar EN, es bastante sólo a veces con charlatanear sobre esto con la jarra de cerveza? Nada cambiará en ti, si no te entregas completamente a tu búsqueda, a tu práctica – día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto. ¿Por qué es necesario explicarlo? Día tras día estás viendo la tele, haciendo sexo, fregando suelos, cocinando, soñando con un salario grande, con un coche brillante, con la ropa bonita, estás hartándote, desarrollando tus músculos y entrenando tu intelecto, experimentando continuamente las EN o EP, pero ¿dónde está en todo esto la aspiración hacia libertad de las tenebrosidades, hacia la experimentación de PI? Trabajas durante 10 horas al día para ganar el pan, pero ¿sólo para tu pan? ¿No es para una cristalería, una araña, un juego, un coche, una casa de campo, unos caprichos de mujer, la envidia de los amigos? Y luego este hombre declara con una expresión del rostro patética ¡cómo de inalcanzable es la verdad!

    Pasa el tiempo y año tras año la gente cambia unos planes por otros, independientemente de si los logran o no. Esta alternancia infinita no acaba nunca. No acaba nunca la esperanza confusa de “vivir luego para sí mismo”, pero esto nunca ocurrirá por sí mismo, ninguno de los deseos mecánicos y sombríos llevarán a esto. En primer lugar, los asuntos nunca acaban. En segundo lugar, en los momentos cuando una persona se da cuenta de la absurdidad de sus antiguos objetivos, el horror se apodera de ella y empieza a buscar febrilmente uno nuevo. En tercer lugar, cuando aparece la oportunidad de “vivir para sí mismo” por un corto período de tiempo, resulta que la gente no tiene ni idea de qué es la vida para sí misma, porque ¡ya no tiene los deseos alegres! Entonces inventan “un hobby” – un pasatiempo que les permita experimentar la satisfacción de posesión o de causar impresión, que inevitablemente lleva a las EN nuevas y a los nuevos objetivos mecánicos.

    Propongo un modo de escaparse de ese círculo vicioso – eliminando los obstáculos conceptuales, siguiendo los deseos alegres, es decir los que están acompañados por las percepciones iluminadas: por la simpatía, la ilusión, la sensación de belleza, de misterio, de aspiración, etcétera. Cualquier objetivo que está formado sin contacto con deseos alegres y que no resuene con ellos, llevará a las mismas EN. Convirtiéndote en un cazador, sigue la pista e indaga cualesquiera de los deseos alegres, incluso los más débiles o pequeños, realízalos y entonces empezarán a reforzarse, a intensificarse, a aumentarse, a eliminar las percepciones tenebrosas y a atraer las percepciones iluminadas. El criterio de la libertad de los objetivos conceptuales es la anticipación y el éxtasis de la experimentación del misterio de cada momento.

    Independientemente del sitio y del tiempo, mil millones de humanos siguen el mismo camino: el nacimiento – el ahorro – la posesión – la muerte. El tiempo libre se convierte en muy pesado, ya que significa una colisión dolorosa con el problema “de qué me ocupo”, por eso cada uno aspira espasmódicamente a ocupar su tiempo densamente con lo que sea. Y si una persona queda sin alguna ocupación por un tiempo, siente que el mundo que le rodea pasa mientras ella está al margen, entonces se monta en cualquier caballo de un salto y sigue corriendo. Así pasa corriendo y levantando el polvo y volviendo a precipitarse.

     

    02-01-10) Entre las interpretaciones se puede apartar en una clase separada las interpretaciones del sentido, de la relación, de la predestinación, etcétera, y en otra clase las interpretaciones de circunstancias, que a su vez se puede dividir en las interpretaciones del comportamiento de la gente, en las interpretaciones “del comportamiento de las cosas”, en las interpretaciones de su propio comportamiento, etcétera.

    Cuando entiendo que un hecho es sólo un hecho, y no un hecho “para algo”, ni “porque”, esto alivia la eliminación de las interpretaciones mecánicas. Algunas personas consideran seriamente que si existen estrellas, entonces alguien las necesita, si las plantas tienen hojas, esto es “para que” produzcan clorofila. Esto es la forma extrema de las interpretaciones mecánicas, pero mucha gente lo sufre. Las percepciones y los conjuntos que llamamos “los hechos del mundo circundante” sólo existen, y no existe la percepción de “moral”, ni la percepción de “justicia”, ni la percepción de “sentido”, ya que si reflexionar hasta el fin “un sentido” de algo, significa presentar una interpretación del “destino” o de la “predestinación”, que es una farsa, ya que nadie posee una percepción de “predestinación”. Esto es muy fácil para entender razonablemente, pero es muy difícil librarse del hábito doloroso de la búsqueda en todo “del sentido”, “de la predestinación”, “de la relación mística”, “del castigo” y de otros diablos. Nuestro siglo se considera un siglo de ateísmo, que es evidentemente falso, ya que casi todos creen en las supersticiones primitivas e intentan inventar “los sentidos”, “las relaciones”, “los señales” y “las significaciones”.

    Vamos a examinar, por ejemplo, “la relación”. Si aprietas un botón del teclado, en la pantalla aparece una letra. Exactamente esto sobrentiende la gente de buen juicio cuando dicen que existe “una relación” entre la presión del botón y la aparición de la letra, pero ya que “la relación” en la lengua cotidiana significa encima algo bastante material – una cuerda o una cadena, surge la confusión de las significaciones (justo por eso no considero racional utilizar en el contexto actual la palabra “relación”, y propongo sustituirla por otra), y a fin de cuentas la gente empieza a creer que existe “una relación” entre la presión del botón y la aparición de un símbolo, que es algo material y que es un conjunto concreto de las percepciones, mientras no existe ningún tipo de tales percepciones y la palabra “relación” significa sólo lo que fue marcado con ella, es decir, que después de la percepción de “aprieto el botón” sigue la percepción de “aparece un símbolo en la pantalla”. Cuando ausente esta compresión (y casi nadie lo tiene), empiezan a crecer abundantemente otras concepciones – sobre el karma, sobre la recompensa, etcétera.

    Tales razonamientos pueden parecer demasiado difíciles, pero después de un minucioso examen, resulta que no tienen nada difícil – es difícil comprenderlo a la primera vez e incluso esta dificultad no consiste en los mismos razonamientos, sino en la superación de la inercia de invención de las percepciones ausentes y en la superación del miedo de quedarse sin ilusiones. Pero cuando viene la claridad, se propaga fácilmente en todas las situaciones parecidas y resulta que poseer la claridad es una maravilla.

    Voy a dar un ejemplo de diálogo típico:

    –   Existe una relación entre la madre y el hijo.

    –   ¿Y cómo la entiendes?

    –   Ayer estuvo mal, y yo también.

    –   Entonces, hay la percepción de sus palabras, de lo que estuvo mal, la percepción de su comportamiento que interpretas como “está mal” y tus percepciones que denominas “estoy mal”. Pero ¿qué significa “mal”? ¿Tienes la seguridad de que denomináis con esta palabra lo mismo? ¿Tienes la seguridad de que tu “mal” no surgió por tu costumbre de estar “mal” cuando él está “mal”? Ves que está triste y sientes lástima por él y los dos estáis “mal”. Y ¿dónde está aquí la percepción de “la relación”?

    –   Bueno, esto es la relación entre nosotros – él está mal y yo estoy mal.

    –   Pero no es “la relación”, esto es sólo el hábito de experimentar ciertas percepciones en ciertas circunstancias.

    –   No, esto es la relación, ya que él estuvo mal y yo estuve mal.

    Y así sucesivamente. Es imposible explicar si no aplican los esfuerzos sinceros para lograr la claridad.

    Referido a la interpretación del comportamiento de la gente, aquí pasa lo mismo. La gente y su comportamiento son para ti sólo un conjunto específico de TUS percepciones, sobre las que no puedes decir nada excepto que existen. Un gorrión ha volado – ¿suscita esto alguna EN en ti? No, ya que te acostumbraste al acogerlo como “un hecho de la naturaleza” (que, a propósito, es una concepción abstracta). Un transeúnte ha blasfemado con enfado. ¿Va a suscitar esto EN? Por supuesto, porque aquí entra en juego otro hábito, ya que no acoges al transeúnte como “un hecho de la naturaleza”, le dotas con “la conciencia” y “la voluntad” (que, a propósito, es una concepción abstracta), conformemente entran en juego otros estereotipos de comportamiento, es decir, aparecen EN. Pero si entiendes que la percepción de un hombre que blasfema es sólo cierto conjunto de TUS percepciones que llamas “el hecho del mundo exterior” (que, a propósito, es una concepción abstracta), entonces el estereotipo de la reacción con EN pueden no aparecer. Cuando te cubre una ola grande del mar, te apelotonas y la resistes, pero ¿la odias? No, incluso sientes alegría, la admiración y el éxtasis, aunque entiendes que la ola puede golpearte y muy fuerte y a veces las olas incluso matan. Cuando te ataca un borracho, haces lo mismo – le resistes, pero de costumbre interpretas sus acciones no como un resultado de la reunión mecánica de los deseos en aquel lugar, sino inventas un cierto “él” y ya que existe la concepción de que “él” “debe”, experimentas unas EN.

    Crees que tus parientes poseen rasgos especiales que les hacen destacar de entre el resto de la gente, que les hacen más “íntimos” para ti. Pero no existe ninguna percepción como los “lazos de parentesco”, la inventas y luego sigues sus estereotipos que están basados en este fantasma. ¿Qué se deduce de que una mujer haya dado a luz a un niño, de que creciese poco a poco de un modo misterioso alguien a quien llamas “tú misma”? ¿Se deduce de ahí que vais a tener los mismos intereses, que te gustará vivir y relacionarte con ella? ¿Y de paso con su marido, su padre, su hermano, su hermana, la mujer de su hermano, sus niños, su abuela, su abuelo, sus amigos? ¿No es una tontería indignante? ¿Y qué se deduce de que tú hayas dado a luz a un niño? ¿Significa que este hombre desconocido que estaba en tu barriga tiene que ser interesante e íntimo para ti? ¿Y de paso su futura mujer, sus niños, el hermano de la mujer, los niños del hermano de la mujer? La concepción sobre la “intimidad” de los parientes posee dos propiedades únicas: a) es un santasantórum de nuestra sociedad, b) su absurdidad, la falta de fundamento, la contradicción a cualquier la experiencia de la vida son tan grandes que es imposible no notarlas. Pero cualquier esfuerzo de pensar sinceramente en este tema, de empezar a comportarte en adecuación a tus deseos alegres con despecho de esta concepción está condenado al odio excepcionalmente brillante por parte de los parientes y depreciarlo significaría poner en peligro la vida. A propósito – sobre la “intimidad”. En cuanto el hijo o la hija se dan cuenta de que sus padres son poco interesantes para él o ella, en cuanto empiezan a seguir sus deseos alegres, la “intimidad” que sienten sus padres hacia él o ella adquiere un forma muy rara, es decir, la forma del odio. En la colección de los artículos voy a colocar los artículos de los practicantes sobre este tema, y no cada segundo practicante ni cada tercero, sino que nueve de cada diez tropiezan con que sus padres al notar que él o ella dejan de fingir que son interesantes para él, que empieza a eliminar EN, a viajar, a seguir los deseos alegres, declaran a su hijo “querido” e “íntimo” una guerra verdadera – le secuestran, le encierran, le atan, intentan llevarle al psiquiatra (cosa que ya no es posible en nuestros tiempos) ¡e incluso intentan a matarle! Atraen a la solución de esta cuestión a la policía y la policía cumple escrupulosamente sus funciones – grita a los adultos desobedientes (!) y niños, les intimida y amenaza con la cárcel (!). Los parientes afectuosos dirigen las solicitudes a los organismos de Seguridad del Estado que tengo una secta, que violo a las chicas, las les vendo a en prostíbulos, les convierto en zombis (?), me escriben a mí, como al autor de este libro, las cartas con amenazas de muerte e incluso premeditan bastante seriamente y declaran públicamente su intención de matarme como un aborto del infierno. De aquí se deduce un consejo a los futuros practicantes – si quieres dar una oportunidad a tus parientes de conocer con PCR, entrégales mi libro junto con los otros, con los libros de Osho, de Castaneda, de Gurdzhiev, etcétera. Que elijan ellos sí mismos, y tú elige tu camino por ti sí misma, no te entregas al “iluminarles”, esto no tiene perspectivas. Si no, espera una guerra a muerte que te declararán tus “parientes”.

    No es bastante entender razonablemente que “lazos de parentesco” son un fantasma inventado para superar su acción que se manifiesta en diversos “debo”. Para la superación real de la acción de los mecanismos recomiendo llevar el examen completo de los parientes. Intenta comprender quiénes son, cuánto son de interesantes e íntimos para ti en la realidad. Haz una lista de cien preguntas, las respuestas de cuales son importantes para ti, pídeles contestar y argumenta tu ruego precisamente con tu deseo de conocerles mejor. Que entre las preguntas estén las referidas al sexo y sobre EN, es decir, todo lo que te preocupa e interesa. Luego examina imparcialmente sus respuestas y según éstas créate una opinión sincera.

    Pasemos a la cuestión de la interpretación de las circunstancias. Cuando das un traspié doloroso con una piedra, aparece un pensamiento de “¿qué coño hace aquí esta mierda..?”. Cuando abres un libro y se te cae de la mano por tercera vez, aparece un pensamiento de ¿qué pasa, por favor?” y empiezas a cabrearte. Existen un montón de estas manifestaciones que evidencian la presencia de las interpretaciones mecánicas, sólo tienes que mirar atentamente y notarás que la vida en realidad está penetrada por ellas y cada instante está atiborrado de ellas. “Sabes” que el libro “debe” abrirse a la primera; esperas que la piedra “no deba” estar en el camino; estás segura que un chico vecino “debe” saludarte primero y que tu hijo “debe” estudiar mejor, que el gobierno “debe” llevar una política monetaria más correcta y que tu nevera nueva “no debe” estropearse en seguida. Las interpretaciones mecánicas de las circunstancias están por todos los sitios, la vida está enredada por ellas.

    Y cuando empiezas a eliminar las interpretaciones mecánicas, aparecen una frescura especial y las PI. En la tierna infancia estabas libre del peso de las interpretaciones, sólo mirabas al mundo con los ojos abiertos desmesuradamente, y de paso al eliminar las interpretaciones mecánicas empiezas a sentir que vuelve la frescura de las impresiones infantiles. El mundo se convierte en más profundo, ancho, grandioso, asombroso y transparente, aparecen en él nuevas mesuras de las percepciones que antes fueron inmediatamente eliminadas cuando eras un embrión.

    Las interpretaciones son las concentraciones de pensamientos que se agrupan en las estrictas estructuras conceptuales. Es fácil verlo. Cuando vas por una calle, sabes que estás en “invierno”. Cuando llegas a casa, sabes qué hay en el exterior. Cuando vas al trabajo, sabes seguramente que irás exactamente allí y que allí habrá exactamente lo de siempre. Sé cómo me llamo. Sé en qué país vivo, qué gente me rodea. Todo esto es un conjunto estrictamente fijado de interpretaciones y no tengo la oportunidad de ver lo que no suelo ver. Si veo “un árbol”, “sé” que “un árbol” son las ramas, el tronco y las hojas, y no presto atención a los espacios claros entre las hojas, no veo el juego de las sombras y no experimento la sensación de la belleza y de la anticipación que resuenan misteriosamente con él. No presto atención al rayo de un deseo alegre, no doy media vuelta y no me dirijo en dirección contraria, ya que “sé” que voy al almacén.

    A mí me gusta viajar – caminar por una ciudad desconocida, observar las cosas más habituales y experimentar unos asombrosos sentimientos de aislamiento y frescura sólo porque no conozco nada aquí, no he estado aquí y no sé qué me espera al doblar la esquina. Sé que nadie me conoce aquí y me siento libre. No sé qué voy a experimentar en un minuto o en dos – nada está programado, todavía no se han formado los hábitos. ¿Qué te impide experimentar lo mismo aquí y ahora – en tu casa, en el trabajo o en el autobús? Sólo el hábito de percibirte a ti misma “en casa”, pero esto es también el hábito de experimentar la grisedad, de ser insensible, de estar cansada, de no esperar nada, de hacer oídos sordos a tus deseos y a las PI. Cuando imagino que vivo en otra ciudad, que nadie me conoce allí y que yo no soy yo en absoluto, la vida despierta y los deseos alegres se avivan. Pero, por supuesto, en seguida aparece el pensamiento de “todo esto es un juego, sé dónde estoy en la realidad” y todo desaparece y la grisedad habitual vuelve al poder. El claro pensamiento razonable, por supuesto, no está en contradicción con las PI, pero con ayuda de la práctica semejante “del olvidar” se puede dar la vida a las PI que por costumbre no se manifiestan en ciertas circunstancias, recordarlas y entrenar a experimentarlas independientemente de las interpretaciones. Y puesto que se manifiestan las percepciones que no tenía antes, significa que “yo” antiguo ya no soy este “yo”, porque “yo” es sólo el signo de un conjunto de percepciones que se manifiestan en este lugar.

    Cada minuto, cada segundo nos engañamos a nosotros mismos diciendo que todo ya es conocido. Es conocido qué hay, qué habrá, dónde estaré en un minuto, etcétera. En la cabeza funciona sin parar un ordenador y mientras funciona, estate segura que el 99% de todo lo interesante que podrías experimentar ahora mismo, pasa sin detenerse. Se pone en el mundo un esquema de las descripciones que no permite escapar fuera de sus dominios.

    Me despierto por la mañana. Digo – estoy en casa, esto es mi casa, mi piso, mi ciudad, voy a hacer ciertas cosas, ciertos planes, y en la calle llueve, hace un tiempo asqueroso y oscuro, no veo perspectivas…surge toda una serie de asociaciones y hábitos que guardan estrecha relación con esta descripción y me convierto en un ser vacío.

     

    Me despierto por la mañana. Sé que voy a aplicar esfuerzos para eliminar tenebrosidades, por eso se me puede ocurrir cualquier cosa. Puedo descubrir algo nuevo, independientemente de dónde esté y de quién sea, en cualquier momento la vida puede cambiarse, y esto da un poco miedo, pero intriga mucho. Y mi vida cambiará especialmente si recurro a las acciones que liberan las percepciones y las actitudes hacia el mundo del cautiverio de estereotipos. Siento que estoy al corriente de la vida y en seguida empiezan a ocurrir cosas asombrosas – aparecen pensamientos nuevos e interesantes, los humores frescos, los rayos de unas PI nuevas o ya conocidas, empiezo a comportarme de otro modo y en mí mismo se abre un camino.

    Antes sentía una necesidad aguda de querer, pero un ordenador en la cabeza decía – ¡quieres querer, pero no tienes a quién! No tenía a mi lado una persona que me admirara, hacia la que pudiera experimentar amor. Y de repente todo se tornó gris, apagado y asqueroso. Esto podría durar meses, cuando no experimentaba amor porque no tenía hacia quien. Pero llegó el día en el que me pregunté a mí mismo: ¿En resumidas cuentas, que más da? Quiero experimentar el amor – ahora mismo. ¿Tiene importancia que ahora no haya nadie hacia quien experimentarlo? A lo mejor tengo que imaginar a un hombre, ya que quiero experimentar el amor, entonces ¿tiene la importancia hacia quién? Intenté imaginar una chica, se formó una imagen y entendí que no podía querer a una imagen abstracta. Entonces planteé la cuestión de otro modo: ¿a lo mejor podré experimentar el amor si acepto la hipótesis de que en un sitio haya una chica a la que querría si la encontrara? Mis ojos no la ven, no sé nada sobre ella, pero experimentar el deseo de querer significa que la siento y la quiero. Y ¿por qué tengo que matar con los razonamientos mi deseo y mi capacidad de querer? Es lo mismo que decir: “ahora es de noche, cariño, está oscuro, ¿cómo puedo quererte?”. ¿Es una tontería? Sí, es una tontería. Y estas situaciones son muy parecidas – no la veo, no la oigo, no sé sobre la existencia de la chica amada, pero precisamente la necesidad de experimentar el amor es un conocimiento propio sobre ella. Al aceptar esta hipótesis, revelé que ¡soy capaz de experimentar el amor! Me sentí en aquel momento un poco loco, experimenté incomodidad ya que mi razón me murmuraba “anda, ¿cómo es posible querer a no se sabe quién? Es un puro delirio.” Pero no importa si es un delirio o no, porque la elección es muy sencilla – o lo experimento ahora mismo o no lo experimento. Elegí experimentarlo, así realizando el nacimiento directo de una PI, eliminando la grisedad que está apoyada por las concepciones sobre la ausencia de la chica amada.

    Si alguien llama a mis experimentaciones una ilusión, una tontería o una locura, a mí me da igual, porque a mi ME GUSTA lo que estoy experimentando, me gusta cómo cambia la vida por efecto de tales experimentaciones.

    Más tarde experimenté el amor que no estaba dirigido hacia nadie concreto tantas veces como pude soportar. Mis relaciones con mi novia no me impidieron esto, ya que nuestras personas no se cruzaron, y mi inclinación de entonces a EN no fue un obstáculo para el amor. Este amor poseyó unas cualidades únicas – no sólo fue dirigido hacia nadie concreto, sino tampoco salía de mí. Yo como si estuviera en el camino del torrente del amor que no empezaba en ningún sitio y se dirigía a ninguna parte, penetrándome. Luego la experiencia de tal amor me enseñó a querer a una persona concreta sin impurezas de EN de posesión, de celos, etcétera.

    El amor se convirtió exactamente en una Experimentación y no en una mezcla salvaje de EN y EP.

    Nada limita la vida tanto como falsa “la idea” de que la vida está limitada. Mis experimentos me llevaron a la siguiente conclusión: las emociones no son una parte integrante de “mí”, se las puede elegir según el deseo. Y cuando reflexioné en qué quería exactamente, vi que EN son un caudal que llevo conmigo por inercia y que quiero arrojar. Así me puse la tarea de dejar EN y su solución fue un asunto extremadamente interesante, aunque no fácil.

     

    02-01-11) Los cambios en la vida de una persona se convierten en su nueva cárcel, ya que están suscitados no por los esfuerzos para la realización de deseos, sino por la influencia de los deseos mecánicos que están determinados por EN, concepciones y miedos. Por ejemplo, te casas no porque sientas enamoramiento o tengas el deseo alegre de vivir con este hombre, sino porque “tienes que”, “ya es hora”, “es cómodo”, “te conviene”, “aconsejan las amigas”, “se puede hacer sexo legalmente”, “ya es hora de tener hijos, ya que es el destino de la mujer”, “parece un buen hombre”, etcétera. Pasas de una celda a otra, cambias los objetos de cariño y los tipos de tenebrosidades, pero la vida sigue siendo una fuente de sufrimientos, independientemente de cómo te comportes. Hay un consejo absolutamente aplicable a la gente: “haz lo que quieras, de todos modos te arrepentirás”. Uno de los modos de mantenimiento de ti mismo en la cárcel es una elección mecánica de la interpretación, es decir, no con la ayuda de razonamientos o de la resonancia con PI, sino automáticamente, es decir, por costumbre, bajo la influencia de EN y concepciones, después de que la interpretación se pega a machamartillo al evento y se comprende no como una de las posibles, sino como la manifestación de “la esencia verdadera”. Las concepciones rodeadas por interpretaciones automáticas adquieren una firmeza especial, se convierten en “un apoyo” para la persona, independientemente de qué sufrimientos le cause este “apoyo” y los miedos ya no permiten entrar en razón a este dominio. Por ejemplo, si tienes una concepción de que “el niño debe estudiar las lecciones” y la interpretación de “esto es mi niño”, entonces nada puede salvar a este desgraciado – tendrá que estudiar las lecciones hasta en el fin del mundo, a pesar de sus deseos alegres. Pero si examinas esta concepción sobre “mi niño” y en lugar de la interpretación de “mi niño” eliges una de “una persona independiente con sus deseos alegres que elige por sí mismo su vida, que va a estudiar por sí mismo incluso a aprender en las consecuencias de su elección propia”, entonces tu concepción de “el niño debe” se pondrá al descubrimiento, se hará accesible para investigación, perderá su antiguo poder sobre ti, dejará de ser la fuente de un número increíble de EN diferentes y además, tu niño obtendrá la oportunidad de evitar la violencia implacable, de empezar a experimentar y a realizar sus deseos alegres y de empezar a vivir.

    Mirando a un trozo de carne, un hombre ordinario ve una cena apetitosa, mientras un vegetariano – una parte del cuerpo cortada del cadáver de un animal. En ambos casos el trozo de carne es el mismo, pero las interpretaciones son cardinalmente diferentes y en ambos casos la gente considera que esta interpretación es exclusivamente verdadera. Se interpreta CADA hecho y evento, por más insignificante que sea.

    El conjunto de concepciones y hábitos dirige la elección de interpretaciones, pero se puede vivir de otro modo. Por ejemplo, te despidieron del trabajo. Si no experimentas PI, aparece una interpretación habitual de este evento como el motivo para el surgimiento de EN. Pero si realizo la práctica, aparecen unas interpretaciones absolutamente diferentes: “a) apareció la oportunidad de entrenarme en la eliminación de EN fuertes y si no les superara, los hábitos de la eliminación de EN se harían más perfectos y PI se manifestarán más activamente, b) estoy fuera del ambiente donde se formaron muchos hábitos mecánicos que no acerté a superar impecablemente y en las nuevas condiciones puedo empezar a formar hábitos nuevos en seguida, c) no se sabe cómo va a cambiar la vida, qué oportunidades nuevas se me presentan”. Un ejemplo más: ha aparecido una EN. Una interpretación es: “es un obstáculo para mi práctica”, la segunda: “esto intensifica la práctica, ya que he obtenido una experiencia más de la eliminación de EN; he revelado la situación en que las EN siguen apareciendo; he vuelto a renacer una aspiración hacia PI”.

    Elijo las interpretaciones que no estén en contradicción con la claridad de la razón y que resuenen con PI, ya que me doy cuenta de que no existe tal percepción como “en la realidad”. Y no es indispensable absolutamente que sea sólo una cierta interpretación, sino que pueden ser varias ya que no se impiden la una a la otra. Si ha aparecido una EN, entonces ¿qué es “en la realidad” – un obstáculo o un trampolín? Y ¿qué es un árbol “en la realidad”? ¿Las hojas o espacios claros entre ellas? ¿O las dos cosas? ¿O qué es también la sensación de belleza que, si no hay una tapadera de EN, SIEMPRE se manifiesta en este lugar igual constantemente como las percepciones visuales, táctiles y auditivas? Ya que estoy fijando – “hay la sensación de belleza”, pero no hay la percepción de “mi sensación de belleza”.

    Cuando eliges mecánicamente una interpretación y empiezas a creer que es únicamente verdadera, te conviertes en un cadáver. Te conviertes en una tonta que “sabe” todo. La anticipación, la aspiración, la ilusión y junto con ellas otras percepciones dejan de aparecer, la razón te abandona, los deseos alegres no se manifiestan, no tendrás descubrimientos y EN obtendrán el poder absoluto, convirtiendo tu cara en una máscara y tu cuerpo en un absceso doloroso que envejece impetuosamente. Mira tu alrededor – la gente que te rodea siempre sabe todo. ¿Cuándo fue la última vez que oíste una respuesta a tu pregunta como: “no tengo la claridad en esta cuestión” o “no tengo razones suficientes para juzgar sobre esto” o “pensaba en esto pero no llegué a una opinión precisa” o “de momento mi punto de vista es así, está basada en ciertas observaciones, suposiciones e información y todavía no tengo argumentos para cambiar este punto de vista”? Te contesto – nunca has oído tales respuestas y no las oirás de nadie excepto de los que realicen mi práctica.

    La libertad de las concepciones libera el camino a la experimentación de PI. Por ejemplo, si quieres experimentar la ternura, la simpatía, la admiración, la sensación de belleza, pero no tienes a nadie hacia con quien puedas experimentar estas PI, entonces no las experimentas, convirtiéndote en una víctima de la concepción que afirma que se puede experimentarlas sólo hacia alguien concreto a quien conoces, ves y sientes. Piensas: “no tengo a nadie hacia quien experimentarlo…” y con esto todo acaba, mientras en la realidad nada te impide experimentar estas PI.

    Como consecuencia del examen sincero de las interpretaciones aparece la claridad de que no existe ningún “en la realidad”, sino que sólo existen las percepciones y sus interpretaciones que pueden ser lógicamente contradictorias o no-contradictorias, resonar con PI o no, corresponder a las observaciones que tienes o no, estar formado teniendo en cuenta los testimonios de otra gente o no. Esta claridad, igual que cualquier otra, se experimenta como algo asombroso, como un sentimiento de vasto espacio infinito, como la libertad.

    La claridad que aparece por efecto de la liberación del dominio de las interpretaciones mecánicas, es una percepción iluminada independiente. Cuando describimos esta percepción recurrimos a las imágenes y las palabras, pero la claridad no son imágenes ni palabras. Hay muchas diferencias:

    a) cuando aparece la claridad que resuena con las palabras “toda la gente que me rodea está durmiendo permanentemente o está muerta”, entonces en un minuto la claridad puede desaparecer, mientras la claridad de la razón queda, pero por más que hiperbolices este frase, nada cambiará –la claridad puede nacer de nuevo sólo por efecto de los nuevos esfuerzos, de una aspiración nueva a la sinceridad.

    b) la claridad tiene una gran cantidad de matices y niveles, mientras el nivel de la claridad de la razón es único – o entiendes el curso de razonamientos o no.

    c) la claridad suscita la resonancia con otras PI, mientras la claridad de la razón se queda una percepción aislada – justo por eso la gente desarrollada intelectualmente suele ser torpe y quedarse sumida totalmente en EN.

    Etcétera. En la lengua cotidiana la palabra “claridad” significa las dos cosas y esta mescolanza lleva a gran confusión.

    Otro ejemplo: el hábito de interpretar ciertas condiciones como “incómodas” para la práctica y puesto que las condiciones son “incómodas”, sólo hace que quede esperar hasta que mejoren o empezar a “mejorarlas” para que se pueda tardar toda la vida y obtener a fin de cuentas las habituales condiciones “incomodas”. El dominio de las condiciones que se encuentran en la categoría de “incomodas” puede ampliarse tanto que al final abarcará toda la vida, convirtiéndose en una excusa de ausencia de práctica. Se puede evitar este error, determinando precisamente la significación de la palabra “incómodo” y también siguiendo a los deseos alegres, incluso a los deseos de cambiar las condiciones, a los deseos de dejar de cambiarlas y a los deseos de concentrarse en la práctica bajo cualquier condición o deseo. A veces la práctica se hace especialmente eficaz en las condiciones precisamente no deseadas por ti, si tu firmeza y tesonería están a la debida altura, entonces puede aparecer el deseo de crear especialmente las condiciones para ti mismo que antes interpretaste como “incómodas” (mire más adelante en el próximo capítulo sobre el “stalking” y el ascetismo).

    La posición del practicante es la siguiente: cualquier circunstancia es una excelente condición para la práctica, es un desafío que aceptas con alegría y anticipación. ¿Te asedian tus parientes agresivos? Son las excelentes condiciones para eliminar la AN de respuesta, la agresión contraria y la lástima por sí misma. ¿Nadie te molesta, tienes todo en abundancia y nadie te distrae? Son las excelentes condiciones para eliminar la satisfacción, el aburrimiento, la grisedad y los deseos mecánicos. Sin embargo, el deseo de cambiar las circunstancias puede manifestarse y realizarse con facilidad paralelamente con otros deseos. El problema consiste sólo en que sea alegre, esté acompañado por ilusión y que no sea determinado por lástima por sí misma u otras EN.

    De Castaneda: “un guerrero acepta su destino, cualquiera que sea, y lo acepta con resignación absoluta tal como es, no como una razón para la pena o el orgullo, sino como un desafío vivo”. Sustituye la palabra “destino” por “las percepciones que llamas “las circunstancias rodeadas” y las percepciones que llamas “tú misma”, y la palabra “resignación” por “la ausencia de EN y EP”, y “un desafío vivo” por “lo que resuena con anticipación y aspiración”, y entonces el sentido de este frase se hará absolutamente claro.

    Estos ejemplos son más o menos claros, y ahora presento un ejemplo insólito, la comprensión que te exigirá algunos esfuerzos. ¿Consideras las hojas, las ramas y el tronco como partes del árbol? Sí, los consideras. ¿Por qué? ¿Por qué una hoja es una parte del árbol y un coche que está debajo de este árbol – no es parte suya? Porque ¿la hoja crece gradualmente? Pero el coche se acerca gradualmente y ¿por qué una graduación es peor que otra? Porque ¿se puede seguir con la vista el camino de la hoja hasta el árbol? Pero se puede seguir con la vista el camino del coche por la tierra y hasta el tronco, sobre todo si el coche toca el árbol. Porque ¿la savia transcurre por la rama hasta la hoja? Pero sale un arroyo de las ruedas del coche hasta el árbol. A fin de cuentas se hace claro que la cuestión de cuáles son las partes del árbol se soluciona tratando y que no es difícil encontrar los criterios según los cuales se puede trazar el límite – una hoja separada del árbol siempre empieza a cambiar rápidamente y a secarse, mientras el coche no se cambiará si se aleja un metro del árbol. Un árbol siempre tiene hojas, en adecuación con ciertos ciclos, mientras mil millones de árboles en el bosque nunca tocan los coches. Ahora nos peguntamos ¿la sensación de belleza que siento al mirar en un árbol es una parte del árbol? A cualquier persona esta pregunta le parecerá estúpida, ya que la respuesta es absolutamente “clara” – por supuesto que no, la sensación de belleza no es una parte del árbol. Esto es una interpretación estrictamente determinada. Os presento un diálogo ejemplar en el que enseño que otra interpretación es posible:

    – Cuando estoy mirando a un árbol y veo el tronco, tengo una percepción visual – es mi percepción propia, pero la llamo “la percepción de una parte del árbol” y si experimento la sensación de belleza, ¿por qué no la llamo también“la percepción de una parte del árbol”?

    – Porque cuando estás mirando al árbol, cada vez experimentas la percepción de “veo al tronco”.

    – Cada vez experimento la sensación de belleza cuando estoy mirando al árbol.

    – ¿Cada vez? ¿A cualquier árbol?

    – Sí, cada vez, si no experimento EN.

    – Ah, entonces ¿si experimentas EN, la sensación de belleza está ausente?

    – Por supuesto, pero si cierras los ojos, tampoco tendrás la percepción del tronco.

    – Pero todas las hojas del árbol son diferentes, su diversidad es infinita y la sensación de belleza es la misma, y esto significa que la sensación de belleza no es una parte del árbol, sino la singularidad de tu percepción, ya que si te pones unas gafas rosas, no significará que todo el mundo es de color de rosa ¿verdad?

    – La sensación de belleza no es la misma. Es también infinitamente diversa, pero toda la vida pasas en EN y las percepciones iluminadas son una rareza para ti, por eso no tienes experiencia en la distinción de los matices de este sentimiento.

    Y esto es un insólito resultado que abre el camino para muchas investigaciones y descubrimientos. En este ejemplo la causa de la presencia de una interpretación falsa no es sólo la indeterminación en el sentido de la palabra “una parte”, sino también la ausencia de la experiencia en experimentación de PI. Uno que no entrenaba en la distinción del color y la forma, dice que todas las hojas son iguales, pero todos los niños se ven obligados a aprender a distinguir el color y la forma, ya que si la madre dice: “dame la taza azul” y la das una azul clara, recibirás tu ración de EN y obtendrás el estímulo de distinguir azul y azul claro.

    Un ejemplo más, sencillo, pero demostrativo: cuando estás en la oficina, “sabes” que fuera de la ventana hay una ciudad sucia y ruidosa, que detrás de la pared hay una gente torpe e irritable. Pero fuera de la ventana y detrás de la pared hay algunas cosas más – hay un océano, la taiga, las montañas, los animales, solo que esto no se ve desde la ventana, pero esto está allí y lo sabes ya que viajaste y lo viste. ¿Por qué entonces eliges no pensar en lo que resuena con PI? Por la costumbre. Ambas interpretaciones no están en contradicción con tus ideas sobre el mundo, por eso un practicante elige saber que detrás de las paredes de la oficina está el océano, las cimas de las montañas, prados y bosques.

    Un ejemplo más, el examen que tiene las consecuencias que llevan más allá. A pesar de lo que dicen los filósofos, toda la gente (incluso los filósofos mismos) cree infinitamente que existen un sujeto y un objeto. Pero esto sólo es una interpretación de nuestras percepciones. La explicación salta a la vista y no se exige ningún análisis profundo. Mira: todas las percepciones que hay, ¿qué se puede decir sobre ellas excepto que existen? Lo siguiente: se pueden indicar sus diferencias y describir estas diferencias. Esto es indudable y solemos hacerlo – indicamos las diferencias, damos los nombres distintos a los grupos de percepciones diferentes, los usamos en la vida cotidiana y en la práctica y obtenemos los resultados deseados. Por supuesto, nunca podemos descubrir “el límite” supuesto, por ejemplo, “una silla”es algo que tiene patas, un asiento que está en estas patas y un respaldo que está fijado con este asiento. En una tienda de muebles se puede descubrir una cosa que también se llama “la silla”, pero que representa algo que no se parece ni un poco a nuestra descripción – por ejemplo, “un puf” – sin patas y sin respaldo y con algo que parece poco “al asiento”. Con el mismo resultado se puede atribuir a la sección de “almohadas”. Esto está claro para todos, y esta indeterminación no nos impide caer en las ocupaciones cotidianas y lograr la realización de nuestros deseos, por eso seguimos usando con éxito este método – agrupamos las percepciones y nos ponemos de acuerdo sobre su determinación.

    Seguimos. ¿Qué denomino con la palabra “mi mano”? Un conjunto de percepciones concretas visuales, de sentimientos y de percepciones táctiles. ¿Qué denomino con la palabra “su mano”? Un conjunto un poco diferente de las percepciones. Pero esto es sólo un signo, y ¿con qué razón inventamos a un “yo” y a un “él” mientras no exista ninguna percepción de “yo” y “él”? Y ¿qué es “un árbol”? Esto también es un conjunto de percepciones. Y ¿con qué razón decimos que “el árbol” es “un objeto”? Ya que no existe ninguna percepción de “objeto”, sino que sólo existen unas percepciones concretas que determinamos con la palabra “árbol”. Pero son las percepciones “mías” – el sentimiento de la costura, el sabor de la hoja, todo esto existe aquí, lo experimento “yo”, pero ¿qué es “un árbol”? No está claro. Es absolutamente evidente que “yo”, “tú”, “un objeto” – son ¡sólo un modo de denominar percepciones! Igualmente puedo jugar al ajedrez conmigo mismo, separando condicionalmente los pensamientos que aparecen después de una jugada con negros como “yo” y los pensamientos que aparecen después de una jugada con blancos como “mi rival”.

    Entonces, ¿qué pasa? Algo que se sale catastróficamente del marco de un modo conocido de ver el mundo, y lo expulsamos, no queremos aceptarlo y renunciamos a ello, desarrollando la insinceridad, la cobardía y la torpeza. Os recuerdo que un pensamiento y una claridad son percepciones totalmente diferentes. Es fácil formular y entender razonablemente el curso de los razonamientos, pero para experimentar la claridad hay que aplicar esfuerzos especiales – los esfuerzos del dejar de experimentar la torpeza, el esfuerzo de aspirar hacia la sinceridad. Y si alguien fuera muy, muy sincero, si aspirara hacia la claridad como alguien que se está ahogando y aspira hacia una bocanada de aire, entonces sería suficiente para él solamente leer estas frases e inmediatamente obtendría la claridad absoluta, obteniendo junto a esto “la concepción de no-dualidad”. Debido a que tal gente no existe, por eso recurro a las prácticas intermedias, a la creación de pequeñas islas intermedias de la claridad.

    Si alguien dice que “concibió la no-dualidad”, declara con esto que nunca experimenta EN ni por un momento y experimenta continuamente unas PI más brillantes, por eso se puede elementalmente desenmascarar a un mentiroso, si, por supuesto, no te entregas a una torpeza infinita y no inventas los rasgos de una persona que contradiga al sentido común.

     

    02-01-12) Formula una concepción, por ejemplo: “Mi marido está sufriendo porque practico sexo con un amigo mío, entonces soy culpable de sus sufrimientos”. Ponla en un aprieto: “¿Acaso le hago sufrir? Sólo sigo mis deseos alegres y ya se lo he explicado. ¿Acaso no se hace sufrir a sí mismo, interpretando mi comportamiento como una ofensa, como la indiferencia hacia él?”. Para esto se puede encontrar un contrargumento: “sí, lo interpreta de este modo, pero ésto es su imperfección, ¿por qué entonces hacerle daño? Se puede replicar en contra de esto que mucha gente quiere algo de mí y con cada movimiento mío continuamente “hago” sufrir a alguien, que no existe ninguna manera de librar a un ser humano de los sufrimientos semejantes, pero lo puede hacer por sí mismo, con sus propios esfuerzos. Tu marido te exige que sigas 10 reglas y puedes probar cumplirlas, pero tus deseos alegres empezarán a secarse y junto con ellos la alegría de la vida. Y él pronto inventará unas reglas nuevas, inobservancia de cuales volverá a “suscitar” en él la irritación, la ofensa, la preocupación, etcétera. Esto demuestra que él no quiere vivir de otro modo. Un contrargumento más: si está sufriendo, pero no quiere sufrir, que cuente – qué acciones concretamente realizó para dejar de sufrir, para cambiarse.

    Se puede continuar mucho tiempo la cadena de argumentos y contrargumentos, y lo recomiendo hacer, creando una lista más completa de argumentos, contrargumentos y contra-contrargumentos, para que no dejes nada en la sombra, para que cada argumento conocido por ti sea examinado. Conversa con la gente – seguramente se encontrarán muchos argumentos, pros y contras que no encontraste tú.

    A fin de cuentas estará claro que no es posible demostrar nada – la cadena de argumentos y contargumentos es infinita, pero lo que es invariable es tu sentimiento de culpa, es decir, vas a vivir como si tu culpa hubiera sido probada. Haz un asalto a la concepción: vuelve constantemente a este tema, toma tus notas y pasa de nuevo los argumentos, logra la claridad de que no hay razones para creer que eres “culpable” de los sufrimientos de tu marido. Contrapón la claridad de que no hay razones para considerar legítimo el sentimiento de culpa y la claridad de que el sentimiento de culpa aparece de todos modos. Repite este ejercicio 100 ó 1000 veces, fija que no hay razones razonables para la culpa aunque el sentimiento de culpa exista, hasta que al final aparezca la calidad nueva de la claridad que está acompañada por un nivel nuevo de la libertad del sentimiento de la culpa en esta situación.

    Por supuesto, no es posible ni demostrar ni desmentir esta concepción, ya que se apoya en los términos que no significan nada concreto: “culpable”, “es justo”, “hay que”. Por ejemplo, con la palabra “amor” cada uno sobrentiende un conjunto libre de las percepciones, de costumbre incluyendo allí las EN destructivas tales como celos, agresión, lástima por sí mismo. Nadie reflexiona en qué conjunto concreto de percepciones denomina con la palabra “amor”. Esto no impide a la gente hablar sobe “el amor”, discutir sobre él, “entender” el uno al otro, aunque es absolutamente claro que no puede ser ningún tipo de entendimiento hasta que no esté determinado de qué se trata.

    Es imposible lograr la claridad razonable sin sustituir todas las palabras-parásito semejantes por las palabras que tienen un sentido suficientemente preciso para ti. Sin embargo, se puede lograr la liberación del poder de las concepciones incluso sin la realización de tal trabajo con el método indicado más arriba. En cierta etapa del examen de argumentos y contrargumentos la absurdidad de la concepción puede hacerse evidente.

    El análisis consecuente de las concepciones abstractas revela igualmente de rápido su absurdidad. Por ejemplo, nos preguntamos: “Cuando una persona cambia ¿se convierte en otra persona o sigue siendo la misma?”. Una pregunta simple, ¿verdad? Alguien contestará con seguridad: “es la misma persona, sólo cambiada”. El otro dirá con igual seguridad: “esto es otra persona, ya que ha cambiado” y con esta seguridad crecerán otras concepciones – diferentes para cada uno. Vamos a examinar esta cuestión más atentamente.

    Parecía evidente que si se cambiaron los pensamientos, las emociones, los deseos y las percepciones (el cuerpo cambió su posición, entonces se cambiaron las percepciones e incluso el compuesto químico de cuerpo – unas moléculas lo dejaron, otros aparecieron), entonces en este lugar ya existe otro conjunto de las percepciones, es decir, esto es ya otra persona y la diferencia puede ser gigantesca – la aprobación puede sustituirse en un minuto por el odio, el deseo de abrazar – por el deseo de dar un golpe. Todo cambia permanentemente. Pero si una persona se convierte en otra, entonces ¿significa que una se aspira hacia un objetivo y lo logra otra? ¿Llevo la cuchara a mi boca, pero llega a la boca de otra persona? Una persona alcanza el éxito, otra sufre un fracaso, pero “yo mismo” ya no obtendré ningún resultado y “uno” que lo logre no podrá aprovecharlo, porque también ya será otra persona… Con esta conclusión ya nadie estará de acuerdo, y si alguien finge estarlo, se le puede preguntar: ¿por qué entonces sigues aspirando hacia tus objetivos cuando los resultados los aprovechará alguien más? Si contesta: “a mí me da igual”, entonces prueba a quitarle sus cosas y verás como a él no le da igual que alguien más lleve los resultados de su trabajo. Entonces, aquí no hay nada evidente.

    Ahora supongamos que esta persona sigue siendo la misma. Pero aquí aparece en seguida una contradicción – si sigue siendo la misma, entonces ¿de qué cambio se trata? Resulta que ambas variantes son imposibles. Tal vez ¿la persona sigue siendo la misma, pero cambiada? Pero ¿qué es lo que exactamente está cambiado? ¿”Yo”? pero no existe la percepción de “yo” y las que existen – todas de la primera a la última son inconstantes.

    Estamos en un callejón sin salida, por efecto de que las concepciones abstractas de “una persona cambia” y “una persona es invariable” pierdan su significado y poco a poco se desvinculan de razonamientos y del diálogo interior.

    Vamos a analizar la concepción de “pasado y futuro”. Cuando decimos “hay una naranja”, sobrentendemos que no sólo existe el pensamiento de “una naranja” o la imagen de “una naranja”, sino la diversidad enorme de sentimientos que denominamos “el sabor de la naranja”, “el sentimiento de la piel de la naranja”, etcétera. Si existe pasado, entonces además de los pensamientos de “este pasado” existen otras percepciones de pasado. Si en el pasado experimentaba una cosa, pero ahora otra, decimos que ocurrió un cambio. Es decir, la idea de “un cambio” se basa en la concepción abstracta sobre la existencia de pasado, de presente y de futuro. Para comparar tengo que vivir como el “yo de ayer” y luego compararlo con “yo presente”. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Recordando qué experimenté ayer? Pero esto no es pasado, sino son los pensamientos que existen ahora, en el presente. Puedo decir – ayer experimenté la alegría, pero esto no será “ayer estoy experimentando la alegría”, sino existirá el pensamiento que existe ahora o, encima, la alegría que estoy experimentando ahora una vez más. Cualquiera de las percepciones son lo que está pasando ahora mismo o, dicho sea de paso, son lo que hay, ya que la palabra “ahora” sale de la concepción de la existencia de “antes” y “más tarde”.

    De aquí se deduce una conclusión: las palabras “presente”, “pasado” y “futuro” significan sólo unos grupos de percepciones que existen “ahora”, sino no algo que no existe “no-ahora”. Lo que denominábamos “pasado” resulta ser, por ejemplo, una emoción que está acompañada por el pensamiento de “esto fue ayer” y una imagen que está acompañada por el mismo pensamiento. Lo que denominábamos “un cambio” resulta ser sólo una imagen que está acompañada por el pensamiento de “era así y ahora es así”.

     

    02-01-13) Uno de los métodos más sencillos para la eliminación de las concepciones es su comprobación en práctica. Pero este método que parecía elemental, casi no se aplica, ya que en lugar del examen de su experiencia, la gente intenta asentarla a la concepción. Si tienes una concepción de “hacer sexo con una chica guapa es muy agradable”, entonces de ahí se deduce un deseo mecánico (DM) de hacer el sexo con una a quien consideras guapa. Pero cada vez que la chica resulta celosa, indiferente, torpe o experimenta una actitud negativa hacia el sexo, echas la culpa de todo a “la diferencia de los caracteres”, sigues inventando lo que no percibes en ella y lo sustituyes por lo que percibes.

    Insinceridad y ausencia de un análisis consecuente llevan a que no obtienes la experiencia de colisión con la realidad – haces conocimiento con un fantasma inventado y te despides de ella misma, por efecto de que la concepción sigue siendo invariable y todo se repite por un círculo vicioso.

    Si consideras que la mayoría de los físicos son inteligentes – compruébalo. Examínales, haz preguntas, analiza las respuestas. Si consideras que los filósofos son sabios, que los escritores son enigmáticos – examínales sinceramente sin temer de ver la realidad, por cualquier que sea.

    No nos relacionamos con ninguna persona como con un ser humano real. Inventamos ciertos rasgos de cada uno después de que comunicamos con esta imagen inventada. Esto toca primeramente a los que “conocemos” hace mucho tiempo. En torno a estos fantasmas aparecen las tenebrosidades más diversas, incluso la afición y los celos, en torno a los que se forman nubes enteras del mecánico diálogo interior (DI) y puede suceder que durante muchos años sin notarlo vayas a justificarte a ti misma delante de los padres y los conocidos con tu DI y con tus acciones. Ya que tienes “la relación” en las conversaciones reales igual que en el DI con los fantasmas, entonces, por supuesto, nunca tendrás ninguna “explicación” ni acuerdo, el fantasma sigue existiendo en su estado antiguo y siendo la fuente de EN.

    Un método muy eficaz de revelación y eliminación de la invención de los rasgos es el acercamiento consecuente con una persona, en cada etapa de las que haces su “retrato”, determinas tu actitud hacia ella, por ejemplo, al conocer una persona por Internet, te creas una opinión sobre ella por el primer correo, luego – por el segundo, luego – por una foto, luego – por la otra, luego – por los resultados de la correspondencia más extensiva, luego – por los resultados de una conversación por el teléfono, luego – por los resultados de un encuentro personal, etcétera. Si tienes una lista de los rasgos del carácter, esto te aliviará el proceso de la determinación de tu actitud hacia esta persona – la repasas y pones tus notas para cada uno. Al principio los resultados intermedios serán muy diferentes, pero al paso que obtienes experiencia de la eliminación de la invención de los rasgos y de la sustitución, tu actitud inicial hacia una persona coincidirá más y más con la de final.

    Cuanto más brillantes EN experimentes, más automático será tu comportamiento, más difícil será distinguir las percepciones y realizar su análisis consecuente.

     

    02-01-14) Vamos a examinar un ejemplo con la interpretación de “la soledad” o “la estancia entre la gente”. Es fácil cambiar una interpretación en otra – según el sentido que das a la palabra “soledad”. Estando entre la gente, se puede sentir a sí mismo solo y experimentar una EN del mismo nombre, pero por otro lado, estando en una habitación vacía te puedes considerar a ti mismo parte de un grupo de gente y experimentar o EN o PI según tu elección.

    Analógicamente con la práctica de la percepción cíclica que se realiza con EN, podemos realizar la misma práctica con las interpretaciones. El resultado será la disminución del automatismo de surgimiento de las interpretaciones, la aparición de la oportunidad del logro de la claridad de la razón y la manifestación de los rayos de experimentación de la claridad.

     

    02-01-15) ¿Existe una percepción concreta que puedas denominar con la palabra “yo”? Las emociones, los pensamientos, los sentimientos y los deseos se atribuyen a un “yo”, la percepción de que no existe, igual que no existe la percepción de “la pertenencia” de un deseo o de un pensamiento hacia alguien. La descripción precisa de esta situación es la siguiente: entre todo el conjunto de las percepciones existen también los pensamientos que incluyen la palabra “yo” que no significan nada concreto, es decir, estos pensamientos son las concepciones. Vamos a dejar esta indeterminación y determinemos esta palabra. “Yo” es el signo del conjunto de las cinco percepciones conocidas a nosotros, que no se pueden determinar la una por la otra, ni se resumen la una a la otra. Es imposible determinar estas variedades de las percepciones, ya que “determinar” significa resumir algo más, que es imposible en este caso (por ejemplo, un ciego de nacimiento no puede entender que significa “ver”, aunque se lo expliques mucho). Por eso sólo se puede enumerarlas. Nada más, excepto estas 5 variedades de percepciones, forma parte de “yo”: los sentimientos, las emociones, los pensamientos, los deseos y la distinción.

    Los sentimientos físicos (más adelante – sólo “sentimientos”) son todas las variedades de percepciones unidas por nosotros en la idea de “el cuerpo físico”. La idea de “el cuerpo físico” es una concepción, ya que si nos mantenemos en los límites del testimonio sincero sobre nuestras percepciones, entonces todo lo que podemos decir es que existen unas variedades de percepciones unidas por nuestra razón en la idea de “el cuerpo físico” – las visuales, las auditivas, las gustativas, las táctiles, las sexuales, etcétera. Ver “un cuerpo” significa tener ciertas percepciones visuales. Tocar “un cuerpo” significa tener ciertas percepciones táctiles. Pero igual que unimos las percepciones con el término “el cuerpo físico”, también podemos unir todas las emociones con el término “el cuerpo emocional” y todos los pensamientos – con “el cuerpo mental”. No lo hacemos por costumbre y por eso surge la contraposición errónea de percepciones a emociones y pensamientos, por efecto de que “el cuerpo” se considera algo real, el atributo principal de “yo” y las emociones, los pensamientos y los deseos – algo poco real, el atributo secundario de “yo”. Después de la percepción de “me quito el vestidito” suele seguir la percepción de “veo las tetitas” y esto es la razón para considerar que “las tetitas” son una parte de “el cuerpo físico”. Pero a veces estas percepciones no siguen la una a la otra, sino, por ejemplo, puede seguir la percepción de “veo el sujetador”, pero esto no cambia nada, ya que la razón mete todo esto en un esquema no contradictorio. Igualmente después de la percepción de “oigo la palabra “idiota” suele seguir la percepción de “emoción de resentimiento”, pero a veces no aparece si existe la percepción del pensamiento de “soy idiota de verdad”. Quiero mostrar que no existen ningunas razones sensatas para denominar el conjunto de sentimientos como “el cuerpo de los sentimientos”, pero no denominar el conjunto de las emociones como “el cuerpo de las emociones” – esto es sólo cuestión del hábito.

    La conciencia discerniente es una percepción casi imperceptible para los que experimentan EN y no experimentan PI, por eso en el trabajo práctico de la liberación de EN, las concepciones, los deseos mecánicos y del logro de PI, lo dejamos sin atención y sólo vamos a hablar sobre cuatro variedades de percepciones.

    Ahora vamos a examinar como ejemplo un conjunto de árboles y otras plantas que constituyen el bosque. Está claro que cada persona normal que no percibe el bosque como algo que existe por sí mismo, sino como algo que consiste de todo de lo que se compone. El bosque es sólo un nombre. Igualmente “yo” es sólo un nombre del bosque que consiste de 5 variedades de “las plantas”. Esta afirmación es un camino hacia la libertad. Toda la vida pensabas que existe un “yo” profundo, unos escondrijos de “yo”, sobreconciencia, subconciencia y otras incomprensibilidades a donde es casi imposible penetrar. Pensabas que todo esto era excepcionalmente difícil, incomprensible y confuso, que el camino hacia la libertad se podría encontrar sólo por un hombre genial y terriblemente desarrollado espiritualmente. Y de repente resulta que “yo” es ¡sólo 4 variedades de percepciones y nada más! Nadie es tenebroso, sino que sólo existen tenebrosidades. Nadie se aspira hacia PI, sino sólo existe el deseo alegre de experimentar PI. “Nadie” es torpe, sino que sólo existe la percepción de “torpeza”, que se puede eliminar si surge el deseo de eliminarla. Nadie está atado, no hay nadie a quien liberar. Es igual que decir a un preso que imaginaba las filas infinitas de las paredes y celdas que “hay una pared delante, detrás, a la izquierda y a la derecha, debajo y encima de ti, pero ¡ya está! Encima del techo no hay una pared “sobreconsciente” y cuando rompas el suelo, allí no habrá una pared “subconsciente”, allí encontrarás la libertad, allí descubrirás el mundo inmenso de las percepciones iluminadas. Os imagináis ¿cuánta alegría, seguridad y firmeza puede inspirar al preso esta noticia? Tú eres un preso y te revelo esta noticia alegre: he roto esta pared y he descubierto allí la libertad y escribo esta instrucción fácil que pueden aprovechar todos los que deseen. Disfruta esta noticia, compréndela, acaríciala y entiende: la libertad está muy cerca y puedes tomarla a mano limpia si te entregas a este asunto con tesonería, atención, firmeza y anticipación.

    En el examen de la concepción de “yo” se pueden aplicar los métodos que están descritos más arriba, pero en adición a ellos propongo uno más – la práctica de “conciencia de ausencia”. Esta práctica se puede aplicar eficazmente para la dispersión de las concepciones que poseen la misma propiedad que la concepción de “yo”. Imagínate que tengo una concepción de la fuerza insuperable que consiste en que en mi casa vive un hipopótamo. Observando más atentamente, escuchando y oliendo, tarde o temprano llego a la conclusión que parece que no está el hipopótamo, por lo menos no puedo descubrir ningunas huellas de su existencia, por eso hasta que estas huellas aparezcan, voy a vivir como si aquí no estuviera. Es muy fácil, pero por una razón seguimos creyendo que entre las percepciones hay un animal – “yo”.

    En general mi práctica es muy fácil. No se exige hacer algo incomprensible para futuros “bienes” ilusorios ni creer que los “bienes” que son incomprensibles para ti ahora aparecerán si te niegas a lo que quieras hacer ahora. El camino de la sinceridad es diferente: si has notado que algo es una ilusión, entonces no hay regreso, es imposible volver a la creencia ciega. Los resultados de los esfuerzos realizados son evidentes en seguida y los disfrutas ahora mismo: si acabas de eliminar una EN, has experimentado una explosión de PI en seguida. En el camino recto no hay ni discípulos ni líderes. Cada uno sigue sus deseos alegres y cuando aparece una percepción iluminada, te sientas a ti mismo un descubridor y lo eres.

    Para hacer constante la compresión de que la palabra “yo” es sólo un signo de todas las percepciones, es necesario aplicar permanentemente unos esfuerzos que no sean menores que los esfuerzos del permanente control total de la eliminación de EN. Es necesario vencer el hábito de inventar una bestia que existe por sí misma. Para mi era más fácil hacerlo revisando todas las percepciones que tenía – tengo ésto y ésto y ésto también y no percibo nada más.

    Uno de los obstáculos para lograr la conciencia de ausencia consiste en que la palabra “yo” penetró sólidamente en nuestro idioma. La usamos centenares de veces durante el día, manteniendo así las concepciones ligadas a ella. Por eso es muy útil negarse a usar las palabras “yo”, “tú”, “ella”, utilizándolas sólo en las relaciones con personas, en cuya reacción previsible estás interesada (por ejemplo, en el trabajo). A mí me gusta en lugar de la palabra “yo” utilizar “este lugar” y en lugar de “quiero” se puede decir “hay un deseo”, en lugar de “pienso” – “hay un pensamiento”.

     

    La práctica de conciencia de ausencia de “tú” o “ella” es similar, te das cuenta de que existen las percepciones de “la vista del culito”, “el sonido de la voz”, “el sabor de los pezoncitos”, “el roce de la lengua en el coñito”, de simpatía, de ternura, etcétera, sino no existe la percepción de “ella”.

    Por efecto de tal claridad aparece una percepción insólita. Puede aparecer una interpretación mecánica de ella como “la soledad”, pero no es soledad, ya que “la soledad” es cuando existe “yo” y “tú” inaccesible y las EN que están relacionadas con este motivo. Pero esta percepción nueva resuena con la palabra “inmensidad” y “sinceridad”. Experimentas la libertad penetrante y alegre del miedo perpetuo de la soledad que resultó ser sólo una pompa de jabón. Revelas que toda tu vida, los objetivos y los valores estaban basados en la creencia a “un espectador”, a “otra persona”. La gente interpreta desde el nacimiento hasta la muerte este espectáculo infinito que no tiene sentido. Ahora esta quimera ha reventado, y ¿qué pasa? Delante de ti aparecen los deseos alegres, como unos cachorrillos de tigre juguetones, que llevan a las percepciones iluminadas no “para alguien”, ni “porque”, sino debido a la presencia de una aspiración irresistible. Toda la vida jugabas contigo misma al ajedrez: imaginabas a un rival, ganabas, perdías, experimentabas enfado o satisfacción, irritación u obsequiosidad. Pero ahora de repente has levantado los ojos y…¡no hay nadie! Hay sólo dos elecciones – la putrefacción de tenebrosidades o un viaje por un mundo infinito y asombroso de las percepciones iluminadas. No hay la tercera.

    El hábito de inventar los “sujetos” y “objetos” es excepcionalmente fuerte, así que es indispensable aplicar permanente los esfuerzos de sinceridad (es decir, la fijación de las percepciones como son, sin invenciones y sustituciones, sin censura o espejos cóncavos), para crear y reforzar un hábito nuevo – el hábito de experimentar la claridad de que no hay percepciones que no hay, sino sólo hay las que hay. En situaciones diferentes esto se da con el trabajo diferente. Reconocerlo sentándose en un sofá es una cosa, mientras otra cosa es cuando hablas, cuando hay la percepción de gritos enfurecidos o de abrazos cariñosos. Aparecen unas interpretaciones falsas, por ejemplo, “si no hay nadie, ¿para qué experimentar la ternura?”. La cuestión no tiene sentido, ya que la palabra misma “para qué” sobrentiende la existencia de un sujeto que toma la decisión y también se sobrentiende que no hay el deseo de experimentar la ternura. Pero todo es muy fácil – hay un deseo alegre de experimentar la ternura, existe el gozo de la ternura, el deseo de reforzar esta percepción, el deseo de reforzar el deseo de experimentar la ternura y el esfuerzo de estos deseos prevalece el esfuerzo del deseo de dejar todo tal y como es, de volver a la oscuridad de EN y a la torpeza.

    Es imposible presuponer en qué situaciones es más fácil lograr la consolidación de esta claridad – sentando en la soledad de las cuevas o, al contrario, dando vueltas en el torbellino de la multitud. Esto depende no de las condiciones, sino de lo que si sigues a tus deseos alegres.

    Con la ilusión de “yo” te engañas a ti mismo de dos formas – por un lado creyendo que en ti o en otra persona hay “yo” y por otro lado, creyendo que no lo hay en piedras, árboles y plantas que es, por supuesto, falso, ya que no existe tal percepción como “no hay “yo”, sin contar que no está claro sobre la ausencia de qué se trata. Si una palabra no significa un conjunto concreto de percepciones, entonces no podemos decir nada sobre esto – ni que “esto” existe, ni que “esto” no existe. Una emoción, un pensamiento, un sentimiento existen, sino una percepción de “no hay “yo” – no. No es difícil entenderlo. Así que un aspecto más de la práctica del logro de la claridad de ausencia de la percepción “yo” consiste en que te das cuenta de que tampoco existe la percepción de “no hay “yo”. Un desarrollo natural de esta práctica es la práctica de “no-río, no-montañas” que está descrita en el capítulo sobre la iluminada conciencia de distinción.

     

    Aplicando sucesivamente este enfoque, se puede lograr la claridad con relación a las concepciones abstractas que se basan en la distinción mecánica. Estamos mirando a una piedra que está en el mar y sacamos la conclusión de que la piedra es una cosa y el mar otra. La conclusión se basa en que se ve el límite entre el mar y la piedra y que este límite existe hoy, existirá mañana y en un año. Y si miramos en la neblina, será más difícil decir que la neblina es una cosa y el aire la otra, ya que la neblina se dispersa imperceptiblemente en el aire. Mientras está claro que la piedra también se disolverá en el océano en millón de años, entonces, nuestra conclusión es bastante condicional. ¿Cómo juzgaría el mundo una criatura que viva un día? Podría crear tales ideas sobre el mundo que nos parecerían totalmente absurdos.

    Vamos a estimar esta cuestión por otro lado: hacemos una conclusión sobre la existencia de dos objetos diferentes porque hay un límite claro entre ellos. Pero entre el ojo y el párpado también hay un límite no menos claro que entre una piedra y el agua en el mar – ¿es esto un motivo para considerar que un ser humano consta de unos objetos diferentes? Formalmente se puede hacer, y lo hacemos en la actividad objetual, aunque recordamos que una persona no es sólo un conjunto de objetos, sino un organismo más complejo, algo entero. Entonces ¿por qué denominamos la piedra y el mar como dos objetos diferentes? Por costumbre. En este ejemplo se ve evidentemente el estándar doble de pensamiento conceptual.