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Algo

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Sumario

    Charles Darwin nacido en 1809 fue un gran científico y en su obra “Origen de las especies” formuló y elaboró la teoría de la evolución. Esta teoría fue publicada en el año 1859 y a pesar del apoyo de los científicos de aquella época, fue muy criticada por la parte de la iglesia. A Darwin pertenecen también muchos otros estudios científicos. Darwin fue enterrado en Westminster Abbey in Londres. ¡Que me salve el Dios de quedarme en la memoria de otros a modo de párrafo en una enciclopedia!

    Cuando salía hoy de la casa, percibí en seguida un olor espectacular de mañana que hablaba conmigo, me llamaba a algún lugar, me recordaba algo, me preguntaba.

    La sabiduría unificadora es una tontería, una absurdez y un disparate. Moralismo, pietismo, solipsismo, automatismo, carnicería, el televisor…esta fila es interminable, este sistema es hipnótico, este orden es mortal. Revisa la vuelta en seguida. El cliente siempre tiene razón. No le des motivo para… No te metas las narices en los asuntos de otros; antes de que te acabes no te alabes. ¿Sabes lo que es la pena negra? Está dispuesto… Antes que te cases, mira lo que haces. Me gusta esta vida, me gusta el cariño, me gusta estirarme en la cama por la mañana, me gusta sentir la soledad como sufrimiento que me salvará, en su cáscara de vez en cuanto de pronto aparece un hilo de plata que me llevará a lo desconocido. Mira este conjunto de las pantallas amarillas, muebles antiguos, los cuadros ovalados en los marcos ovalados y un ramo de flores frescas en el florero japonés. Esta habitación es mía. Ando como Pedro por su casa.

    Yo tarazaría estas paredes de hormigón. ¿Puedo comer este florero, esta bata y estos zapatillos, estos tabernáculos? Llevo rabia oculta de resignación en la vestimenta. Esta rabia es excesiva. En qué piensa un perro, cómo crece el pino, dónde vive el erizo son los ejemplos de la naturaleza humanizada, de los fantasmas asquerosos de la impotencia sentimental. Lo veo todo de otra manera. El perro… tiene la nariz húmeda y los ojos pícaros, respira, está a punto de colear. El pino… tiene la nariz húmeda y los ojos pícaros, respira, está a punto de colear. Lo veo todo de otra manera. Observo. Es la diferencia. No vivo y esto es la vida, no respiro y esto es mi respiración. ¿Acaso se puede vivir de otra manera? Una sonrisa ligera de unos ojos que penetran como el humo de fuego de manera dolorosa pero purificante.

    Seremos algo, nos convertiremos en algo, somos muchos, somos pocos, hay que unirlos, siete multiplicado por ocho, ¿por qué todo es tan difícil? ¿Por qué no? No. A mi ver, no. Dejamos huellas. Siempre dejamos huellas y nuestras huellas son hediondas, su hedor nos persigue y nos cubre. El grito dura un momento pero su olor inquieta el cerebro podrido durante mucho tiempo; la sensación se murió sin nacer, no la necesitan, todo lo que tienen es hedor! Y yo…voy a sentir. El pensamiento nacido en el placer de sensación tiene que llevar una vida modesta pero rica y morir, disolverse, si vive un momento que lo viva, o un día. Entonces morirá sin dejar ninguna huella en mí y no cerrará el camino para otras. No se queda en mí como una tumba y no me lleva hacia si.

    “Esta chispa no tiene padre ni madre ni espíritu santo ni trinidad santísima. Cada uno de los tres está presionado en su identidad y en sus cualidades. Digo en verdad, que esta luz no satisfará con inequidad fértil de la esencia divina. Y es más, sonará aun más singularmente: juro por la buena verdad que para esta luz no es suficiente la inmovilidad de la identidad divina que nada entrega y nada recibe; además: la luz está obsesionada por saber de dónde viene esta identidad. Busca apasionadamente una explicación, un desierto silencioso donde nunca podrás encontrar ninguna diferencia, donde no hay padre, ni madre, ni espíritu santo; esta luz se encuentra satisfecha sólo en las capas profundas, sólo en el refugio de nadie, y allí está más único que a solas consigo mismo; puesto que el sosiego es el fundamento inmóvil en si mismo. Y así el espíritu purificado e iluminado se sume en la oscuridad divina, en el silencio y en la unidad incomprensible e inexpresable: y en este sumergimiento pierde todas las características mutuas y diferenciales, y en este abismo el espíritu pierde a si mismo y desde este momento no sabe nada del Dios, de si mismo, de lo común, de lo diferencial, de nada; ya que, desde este momento, está sumergido en la unidad divina y no tiene ninguna diferencia”.

    Me dicen que soy un cabrón, una basura, hay que pegarme, cortarme y yo… no tengo más remedio que escucharte, escucharte y darme cuenta de que el abismo no tiene fondo. El cielo precioso antes de amanecer, las nubes espesas, las ramas coníferas frescas, la nieve que cubre las hojas caídas… Ahora eres igualmente hermosa y tan hermosa y yo…sólo puedo soñar con esta preciosidad que a veces se puede percibir, sentir pero no es imposible unirse con ella. Lo mismo no hay posibilidad de unirse con el bosque que está a mi lado pero no me pertenece. Es increíble unirse con las montañas que están en mi alma pero estoy lejos de ellos, tú para mí ahora eres mar y montañas. Todo tú eres bosque y una niña muy pequeña.

    Y en la rama seca hay flores.

    De vez en cuando puedas percibir una melodía sorprendente de los instrumentos musicales desconocidos, sin atributos habituales en el ruido de arroyo, en el ruido de vagones, en el ruido de hojas. Pero también existe otra melodía, que es el conjunto de las percepciones instantáneas que no tiene nada que ver con las percepciones humanas (que son muy humanas). A veces se reúne en una melodía la suerte genial e casi insoportable para el oído interior del hombre. Quien una vez escuchó estos sonidos sabe que no existe el coro más potente que el mundo que tiene miliarios de voces y sabe que aquí va conociendo el enigma más misterioso y que tiene en sus manos el corazón del mundo.

    A veces me parece que no existo. No existo nada. Me imagino que una ráfaga suave del viento puede desparramar mi existencia y como un barrendero quita las hojas caídas de la acera e igualmente lo que se llama “yo” va a desaparecer. Y regresaré al principio, a la época en el que nuestro mundo fue creado, regresaré a tierra, viento, nieva, curiosidad. Antes de mi se abrirá la imagen siguiente: en una chola lejana en las montañas, fuera del tiempo viven en la profundidad de los corazones los viejos, cuyo destino es incomprensible, y se les ocurrió unir sus conciencias y crear a un ser vivo, distribuyéndole con todas las características que permiten a un hombre decir que está vivo y existe. Y cada uno de los viejos dotó a este juguete con todo lo que podía – percepciones, impresiones, recuerdos, pensamientos, amor – cada uno dio algo y nació el hombre.

    ¿Se queda algo de este hombre cuando dejen de imaginarse y pierdan el interés hacia este juguete? Los flujos regresan a sus amos y en este momento desapareceré. Me parece que ellos me dan la posibilidad de resolver este problema si soy suficientemente interesante para ellos y si puedo captarlos con la fuerza de mi sinceridad.

    Cuando escucho a Matías Bazar tengo tantas ganas de morir. Pero ¿tal vez no es la muerte? ¿Acaso es la vida? Mi corazón se palpita y veo el reflejo del sol dentro de mí. La muerte y la vida inconscientes van juntas al embate rabioso de la felicidad. Tal vez, yo sea ridículo. Es posible que busque la medicina contra soledad y tristeza, puede ser que devore las almas pero sólo quiero explicar y mostrar que este Algo está a nuestro lado…

    Un caballo y un erizo paseaban juntos en la niebla de Cronstadt y allí no había nada, sólo una hoja, y esta hoja se acercaba y se alejaba volando como Louis de Broglie de mis sueños de niñez, como el infinito de Berdiáev, como el símbolo fálico hindú que se insinuaba a lo que no se puede insinuar, es decir, en general en esta imagen triste de la hoja en agonía mortal se percibía la debilidad y la crueldad. Una vez tuve un sueño: una araña gorda estaba sentada con los pies colgando. Y hace unos dos meses me encontré con una muchacha que tenía una dirección de remitente masculino. Lo escribí en aquel momento y sólo ahora lo entiendo. Tiene un gusto de andrógino. Engaño sexual. Risa solapada de la víbora. Vitriolo rico. La araña se burlaba de nosotros, se reía de nuestra enseñanza asquerosa que la humanidad llama “conciencia”. La conciencia es como un hongo de árbol que por un lado es el hongo pero por el otro, consiste de celulosa. La conciencia es lo mismo. Por un lado, es la parte psíquica pero por el otro, no es nada más que celulosa. Y reflexioné mucho esto. Y en serio. “¿Y cómo te llaman? – la pregunté. – Y sobre todo, ¿a dónde? Porque si te llaman, obligatoriamente te llaman a un lugar.” ¿Qué siente una persona a la que llaman patéticamente a la muerte? Recuerdo la nieve bajo mis pies en las montañas y mi decisión firme: “Si mis herrajes me fallan, emplearé los dientes”. Y levantaba pico de alpinista y seguía mi camino dónde nadie me esperaba pero allí yo era feliz. El océano de los granados florecidos en la valle de Tzinandali. Las floras de sakura en las pendientes de Fuji. ¿Va aquel caracol o ya ha alcanzado la cima y este hecho concluyó en una época preciosa de los versos momentáneos y del amor eterno?

    Hay que fluir, ser como agua, ser como un arroyo.

    Cuando miro andar a un viejo vestido con botas de goma, a pesar del calor y que lleva un balde sucio en sus manos, veo en sus ojos la compresión de que ya no podrá alcanzar nada, que no tiene ningún objetivo, que no tiene dinero ni fuerzas para realizarlo. No hay nada excepto la realidad que le rodea en este momento: la calle, este color tremendo; el mundo no deja huellas en su mente y se refleja como la luna en un charco. En esto hay algo que me llena de ganas de pararme. Tengo que pararme. Y pararme del modo que todo el mundo se pare. Y quiero vivirlo ahora cuando todavía tengo fuerzas para percibirlo, para cogerlo como fuerza de la vida y no como el terror a la desolación.

    Arriesgar la vida… ¡qué fácil! Todos lo hacen permanente y si no ¿cómo podemos nombrar esta vida inútil? Pero ¡jugarse la muerte es algo muy fuerte!

    Risa a carcajadas, latigazos, gritos, gestos, nubes rotas, olor de hierba húmeda – así tranquilicé mi mente.

    La melodía de sama nace cuando no suena la música, la pasión de samadhi nace cuando no sientes pasión, la inteligencia de samadhi nace cuando no hay inteligencia. Cuando los tres nacen, mueren en seguida y en este momento nace samadhi. Cuando nace samadhi, hay que permanecer callado.

    Los ciegos pueden ver sólo a los ciegos, los sordos pueden oír sólo a los sordos. Creo que aquí no espero nada. Y cada día voy alejándome. Algo se escapa de mí, lo siento con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo lo que tengo pero no puedo volver. Además no se puede taladrar los huecos en la cabeza, y esperar que de este modo empezaras a ver claro. No. Esto se hace en el interior y entonces hay que venir al interior. Lo que significa el interior de mi mismo y esto a su vez significa que para venir hay que salir del interior. Pues… ¡adiós!

    El estado de la mente que no está en algún lugar. El estado de la mente que no engendra los pensamientos que aparece en la superficie plana del océano, desde la profundidad absoluta.

    La piedra tirada se hunde en seguida y desaparece sin provocar ningún óleo. La cara de una persona que está inclinada encima del agua y que se encuentra sólo su reflejo detrás del que brilla en una profundidad interminable.

    Trato de buscar percepciones originales. Por ejemplo, imaginarme que ahora me matarán y percibir el frío que me apodera y el bosque ralo en que tiene que convertirse mi cuerpo adquiere un matiz del aroma inexpresable de la eternidad. ¿Hay en esto el desenfreno de una fantasía consumidora? No creo. Mejor dicho, es el modo de tocar nuevas cuerdas de la visión de este mundo y escapar de los estereotipos de la percepción. Los sentimientos se hacen más frescos y más transparentes y a través de ellos, fuera del tiempo, comienzo a ver el eje de existencia de color hierro. O me imagino que estoy sentado bajo un árbol en samadhi, lo que significa que se va toda la falsa responsabilidad y hasta a veces aparece el samadhi. Algunos conjuntos de mis percepciones como si alejaran la percepción al plano desconocido. El arte de componer estos conjuntos es, sin duda alguna, uno de las más grandes artes y por el otro lado tal vez es el objetivo de cualquier arte. Claro que cada uno lo encuentra para si mismo y por eso es sorprendente que a veces mucha gente encuentre este el mismo efecto. Para mi el arte más cercano es expresarse en hokku y tanka japoneses. Es toda una fila de imágenes que pasa después al embate de paso a la percepción diferente. Y surge la pregunta: ¿cuántas variedades de mundos a los que pasa mi percepción existen? Por lo menos estos mundos se coinciden en la admiración que siento al percibir algo de otra manera. La costumbre de cambio de percepción me prepara a lo que encuentro el camino que contribuye a samadhi.

    El ruido que me impide concentrar y meterme en ni mismo se oye sólo cuando mi mente está agobiada por un pensamiento. Cuando la mente se vuelve a ser lo que es de su naturaleza antes de obtener la capacidad de reflexionar, desaparecen todos los obstáculos. El obstáculo mismo es lo que se encuentra en medio de la corriente y le molesta. Si no hay corriente, el obstáculo tampoco puede existir. Cuando no hay corriente, ni obstáculos, tampoco puede existir la ausencia de la corriente y de los obstáculos. Precisamente en este momento se realiza la corriente. El que sabe lo comprenderá.

    ¿Por qué ahora no estoy en samadhi? Esta pregunta es la única que quiero hacerme si vale la pena preguntar en general. Cuando por la mañana salí de casa sentí un olor que no era otro que el olor de la muerte.

    Lo que me da en el blanco es lo momentaneidad de lo que pasa. No hay nada seguro en mi mundo. Pero aun es peor vivir en el mundo de la gente que lo tiene todo seguro, estabilizado, planeado y asociado con el sentido de deber o de miedo. Allí todo está podrido. Abrir el corazón a los corazones abiertos engendra un embate impresionante de amor y este embate es increíble en el sentido que no se toma en cuenta nada. Ni siquiera a si mismo. Este embate está fuera del tiempo, en el sentido de que, cada momento se regenera de nuevo y al mismo tiempo no existe nada ni en el pasado, ni en el futuro, ni siquiera en el presente. Sino en el espacio entre el tiempo o en la ausencia del transcurso. Cuando la situación se acabó y pasó algún tiempo desde los acontecimientos de anoche, entonces el mundo nuevo apareció delante mis ojos pero en este mundo ya no existen dos corazones, sino una capa dulce de los recuerdos como un trozo de niebla que desaparece inevitablemente al amanecer por la mañana… Tanto la vida como la muerte se coinciden en el momento de la despedida inminente. Tanto la vida como la muerte encuentran aquí una zona neutral donde concluye la paz después de tanta sangre derramada a causa los sentimientos. Y sus manos se unen después de las nuestras y sus ojos se miran en la luz sombría de los facilazos encantadoras del alba. Esta alba es de la nueva humanidad, es la tempestad de cambios en el espacio y en el tiempo, pero cada grano de arena incorporada gime y cruje en la muela de Kali.

    Y en este círculo también se encuentra la choza vetusta donde están los viejos, sus barbas son chorros del tiempo y sus corazones están ensimismados. Pero no quiero esto. Mejor entraré al centro del ciclón y esperaré a que me convierta en pedazos y me disperse hacia arriba del océano., por lo menos así mi alma se hace libre en el vasto espacio.

    Nunca leo lo que escribo.

    Alrededor de mí a cientos de kilómetros no hay nadie, sólo nieve blanca, las cumbres blancas, el cielo azul. El viento desnuda las rocas, pero dentro de un minuto las vuelve a cubrir con la nieve. Estoy solo entre esta eternidad temible y no puedo dar ni un paso al encuentro de la persona que amo. El montó de nieve anulará cualquier esfuerzo que haga. Es terrible. Horroroso. Pero lo tomo con gratitud porque sé que esta nieve barrerá todo lo mezquino, todo lo insignificante y se quedará sólo la necesidad rabiosa de amar, la pasión cruel que apoderará todo mi cuerpo, toda mi alma y cuando este tifón desaparezca en la infinidad encima de las cumbres de las montañas, en ese momento sentiré la limpieza cristalina a través de la cual se ve lo que está cerrado para nuestra mente, para nuestra inteligencia y para nuestro corazón. La nota cruel del viento de otoño. Mientras estoy vivo no te olvidaré. Las olas en los ojos. Los trozos de los versos. Frío. Golpes del corazón. Los puños apretados. La mirada penetra en todo y ni siquiera el vacío es obstáculo.

    Tengo 30 años. Tengo canas. Las miro y me doy cuenta de que los sentimientos sinceros no son impuros. Algún día la reserva de la firmeza acabará. Algún día dejaré esta tierra, esta gente que quiero más que la vida, estos animales que amo más que muchas personas, estas montañas con su horror ilimitable, este mar con sus aguas profundas. Me iré y ellos se irán y ¿dónde nos encontraremos? ¿Dónde nos vemos? Amor mío, ¿dónde nos encontramos? Solemos inventar las cosas que hay que hacer – recuerdo aquellos tiempos en los que tuve intereses de verdad. Me interesaba estudiar las lenguas, matemáticas, física y filosofía neoplatónica. Revivía historias de gente lejana y desconocida, lloraba por las penas de los personajes de la literatura y era feliz cuando todo acababa felizmente, Y conozco mucha gente que hacía lo mismo antes y sigue haciéndolo. Y no tengo en cuenta los que lo hacen por necesidad y convierten este proceso en su profesión. Hablo del que lo percibe como ocio. Y no comprendo. Porque si hablamos sinceramente de este tipo de ocio se convierte en seguida en ceniza. Los personajes imaginarios o no, no son más que personajes. La ciencia no más que la ciencia. Todo está limitado con el objeto mismo de la investigación. Cualquier actividad está limitada con el objeto mismo de esta actividad. Y tarde o temprano surge el empobrecimiento del alma. Claro que se puede esforzarse eternamente para crear y mantener los intereses, pero sólo en minutos infrecuentes de relajamiento infrecuente del alma. Pero cuando el período de la disminución de la energía está superado, entonces te encuentras en la cresta de la ola y dejas atrás los vientos y todos los caminos están abiertos. ¿Tal vez sólo esté un poco enfermo? Pero no, veo todas las etapas de mi camino y veo que todo era sincero y que no hay otro remedio y que habría pasado lo mismo si empezara de nuevo desde el principio. Si es una enfermedad que se llame así. Y es lo significa sólo una cosa – a mi me GUSTA estar enfermo. Entonces no tiene sentido mirar hacia atrás. Hay que levantarse y seguir andando. Andar hacia mi encuentro. Al encuentro de nada, Siempre quería amar. Es verdad que me daba vergüenza en mi niñez y hasta ahora trataba de ocultarla a los ajenos. Siempre quería amar. Siempre iba al encuentro de este sentimiento. ¿Puede alguien más decir lo mismo? ¿Quería mirar a esta persona? Y considero que las teorías elaboradas a base del instinto mezquino de conservación son repugnantes. Siempre aparece una persona que pueda explicar fácilmente mi necesidad de amar como la necesidad sencilla de amarse a uno mismo, como el intento de atraer atención, como el medio de pagar por algo y el capital principal es la atención y el sentimiento de propia importancia. Pero me importa un pito sus explicaciones.

    Y ¿quién va a leer esto? ¿quién excepto yo? Y como yo tampoco lo leo, ¿significa que no lo leerá nadie? Entonces ¿para qué lo escribo? La esperanza de que la hoja de papel encontrará su destinatario, la esperanza miserable de que el precipicio sin fondo puede ser anulado con una hojita de papel y el viento de los acontecimientos lo coja en el vuelo y sin prisa pasando por los espacios increíbles. La atrae hacia las manos que la necesitan, justo antes de que los ojos que la buscan, para que el corazón que aspira, puedan leerla.

    En su niñez nadaba, y de pronto bajo sus pies encontró un trozo resbaladizo de madera. Y desde entonces, aunque no tiene miedo de nadar, teme el fondo. Probad a analizar esta simple historia, probad a leerla y vivirla de nuevo. Os daréis cuenta de que el mundo penetra en nuestra vida incomprensiblemente y se aleja rápidamente. ¿Quién se atreve quedarse en el camino de esta corriente? ¿Quién se atreve a dejarse llevar por esta corriente? Y se nos caen tímidamente las alas porque se puede soplar el viento y entonces no podremos aguantar. ¿Cómo podemos quedarnos en la tierra? ¿Cómo? Muéstrame lo que podría aguantar, aunque supiera que nos encontramos con cosas indescriptibles, indispensables e inexistentes. Cuando aparece el viento no hay otro remedio, sólo podemos volar. Es una historia simple. Que surgió con la niña. ¿Sabía ella entonces que esta historia iba a acompañarla siempre como un perro fiel? ¿Podemos nosotros sentir que vivimos una historia que después va a influir de modo incomprensible pero inevitable en toda nuestra vida? A veces una mirada casual, una palabra calmosa, un encuentro fatigoso, una pausa casi imperceptible, y te das cuenta de que ha pasado ALGO. Y no hay nada más. Puedes mirar a la cualquier profundidad pero no verás nada más. De todos modos sabes que ESTO ha sucedido. Es un misterio. Un misterio verdadero. Y al acercarte a este misterio se te hiela la sangre en las venas y te corta la respiración. Me duplico a mi mismo, por un lado existo en las montañas y por el otro yo soy la montaña que se convierte en mí. Me duplico cuando el afán por la vida y la aspiración a la muerte luchan en mi interior. Me duplico cuando amo, porque yo soy el que ama y al que amo. Hay una debilidad que no es el objetivo por si mismo, que es una debilidad porque niega la fuerza como elemento que molesta a la transparencia de la percepción. Esta debilidad no entrega nada, no pierde nada, esta debilidad es la fuerza de una rama elástica. Esta debilidad es la parte flexible de la fuerza. Se me ocurren diferentes pensamientos cuando simplemente te miro. Los eliminaría si pudiera porque son confusos y no constructivos pero… al mismo tiempo me apetece pronunciarlos en voz alta. No es que me guste hablar sino que vivo en mis palabras cuando las digo a alguien que me cae bien.

    Todo lo incomprensible nace de las conclusiones ambiguas. Todo lo ambiguo lleva a la multiplicidad. La multiplicidad engendra la sinfonía y la sinfonía a su vez, la armonía, la penetración, la desaparición porque no existe nada más eterno que lo que desapareció.

    Llega el tiempo cuando los sueños se hacen profundos, enormes en la multiplicidad de los significados. Cuando te despiertas y sabes que era la realidad pura y dura y que lo que antes percibía como la pseudo realidad parece que también tiene su pizca de verdad pero allí hay tanta basura que…

    Puedes emplear cualquier tipo de combustible para el motor. En cualquier caso para ponerse en marcha puedes poner en juego todos los medios como la presión sexual, el tormento de la soledad etc. Pero un salto verdadero hacia delante es la energía del amor. Como un experimentador honrado, como una persona que puede tirar, sin lástima, todo lo falso a la basura. Que se puede hacer daño sin piedad a si mismo y hasta a los demás en su agonía de búsqueda de la verdad. El testimonio de que lo más impresionante de todo con lo que me encontré hasta ahora es el amor. Cuando surge la penetración прорыв que al menos una vez seguro que va a pasar, la atención se hace el amigo más íntimo del amor y todo mi ser tiembla y vibra a la espera de una vida nueva, y los sueños ya son la parte de la realidad y pasan muchas otras cosas… Claro que tengo en cuenta el amor que se diferencia del amor habitual y del amor posesivo. Como ingeniero de mi alma me digo a mi mismo – voy a emplear precisamente este motor para mi coche. Como brujo veo que la profundidad impactante va a mi encuentro, como hombre siento que encontraré en esto mi realización, que mi felicidad está allí.

    Puedo ver muchas cosas, y veo muchas cosas pero simplemente no miro hacia allí, hacia mi futuro, a lo que va a pasar y no miro cómo va a pasar. Porque no soy el dios, soy un niñito que acaba de nacer en samadhi. Y me cuesta mantener la neutralidad de lo que veo y a menudo me parece que no puedo molestar a mi mente, a mi estúpido instinto humano de hacerlo todo lo mejor posible y me meto en lo misterioso, en lo enigmático y estropeo la corriente. Por eso he elegido la variante de no emplear mi capacidad de ver hasta que esté absolutamente seguro de que no me meto. No trato de HACER algo con lo que acabo de ver porque si no todo se pierde, se vulgariza y desaparece la predestinación.

    Al destoserme, me levanté, me puse la chaqueta y eché a andar a duras penas hacia un lindero del bosque.

    La hierba azul, los árboles que crecen con las raíces arriba, el lago que se echa a plomo sobre mí. Todo me despedía, todo crujía, todo chapoteaba, todo aullaba. Había que dar un paso. Había que dar sólo un paso. No sé a dónde pero hay que hacerlo. Hay pasos que no se pueden dar a un lugar. Si das este paso hacia algún lugar, esta dirección es incorrecta desde el principio. Repetía estas palabras como un conjuro, como un cebo. No se puede dar el paso hacia cualquier lado. El paso hay que darlo y nada más. Dar y nada más. Un paso sencillo. Es una paradoja. Es lo incomprensible, lo maldito, lo podrido de las acciones simples. Me gustan las palabras simples, valoro los sentimientos sencillos, veo la simplicidad inicial del amor y ahora tengo que esforzarme y aprender de los pasos simples.

    Por primera vez se me ocurrió esta idea, hace mucho tiempo cuando era sólo un cuento rosado y yo allí era mejor dicho una persona sólida a la prueba de un experimentador. Trascurrieron los años, y el cuento no era más que un cuento, pero ahora ha llegado el momento en el que ya no puedo percibirme como un participante pasivo de los acontecimientos imaginados. Y después regresé a mi vida, larga y poco interesante que suprimió mi identidad en muchos aspectos. Pero en un momento maravilloso, mi viejo sueño que había muerto hace años volvió a nacer en un nuevo cuerpo y me captó. Ya no podía pensar en otra cosa. Así, entre el desayuno y la comida tomé la decisión de construir un nuevo mundo. La emoción es una cosa que tiene extensión, extensión en el tiempo. Pero la sensación siempre es momentánea, siempre vive aquí y ahora.

    La supervivencia es el punto que tiene la extensión nula. Es el catarsis. Como el poder de una daga combativa está concentrada en su corte, en un punto, el poder de la sensación está concentrado en un momento, allí donde no hay pasado ni futuro.

    Ante el semblante de la eternidad está la vanidad. De todos modos, tarde o temprano, hoy, mañana, pasado mañana, hay que reconocer ante uno mismo que desde este momento no voy a contar las horas sino que tengo que contar los minutos. Y entonces todo se terminará muy rápido. Porque cualquier cosa tiene su límite. Si no te concentras en un momento concreto de la vida, las emociones abren el camino a las sensaciones porque las emociones siempre son una consecuencia, siempre es el producto de la reflexión mental de las sensaciones, incluso si estas pasan imperceptiblemente. Pero la sensación pura se diferencia chocantemente de la emoción, porque es la esencia misma de la vida y se queda sólo a un paso de la práctica de la sensación pura hasta el samadhi. El paso a la sensación pura se percibe del modo siguiente: como si de pronto se te cortara la respiración y te caes a una zona de una profundidad especial y de una vida especial e increíblemente plena. La cualidad más importante es esta sensación de plenitud. Te ahogas en esta sensación, sientes que es la razón al máximo. El mundo te descubre su profundidad impactante.

    También hay otra oportunidad que está incluida en el amor no correspondido. Se pude aprovechar cuando vas sin miedo ni reproche al encuentro de sus sentimientos. En el fondo de la desesperación del amor no correspondido está el premio gordo y lo puede ganar sólo la gente fuerte y apasionada que es capaz de bajar a tal profundidad para sacarlo. Este ejercicio es para la gente fuerte pero por otro lado es así precisamente como la fuerza aumenta. Cuando oigo un grito femenino en la calle, que suena vagamente y desde muy lejos y no se puede comprender claramente si el grito es de travesura o es una llamada – a mí me parece siempre que me llaman a mi, que alguien que no puede aguantar más salió a la calle para llamarme y espera que yo oiga su grito. Y yo bajo la música y los pensamientos, y me quedo inmóvil, agudizo el oído y espero, tengo ganas de vestirme rápidamente y salir corriendo a la calle y gritar – estoy aquí!!!

    Las montañas me quitaron el aire, el amor me quitó la tierra, la gente me quitó la fe, el dolor me quitó la esperanza. Cuando abres el puño y todo lo que tenías en las manos cae y contemplando mis manos y veo que todo está perdido y mis manos vuelven a sentir que todo lo perdido se vuelve a la vida. Hay algo que no se puede perder, pero cada vez que pierdo algo me olvido de esto. Y cada vez que me encuentro a mi amo en esta tierra, lo recuerdo.

    Noté que Agutagava, cuando quería expresar una coincidencia inexpresable de acontecimientos siempre empleaba la partícula “-no”: “Aru sigure-no furu ban-no koto des”. Y cuando yo miro mis notas me doy cuenta de que abuso de la conjunción “y” y además a veces tengo problemas con la síntesis porque la interrupción tiene más importancia que las reglas de la gramática. Y cuanto más escriba, más me molestarán las comas, a excepción de los casos cuando se expresan las pausas naturales.

    Por primera vez habría podido darme la vuelta y marcharme. Y no pasaría nada. Añorarla era seguramente algo que había podido hacer, pero lo que no hice fue traicionarme a mi mismo aunque creo que no hubiera sido muy doloroso. Pero una elección así no es para mí. Para mí quizá sea ésta…

    Cuando estoy en el bosque al lado del fuego, cuando voy allí con la tienda de campaña para quedarme un par de días o solo un par de horas para pasar este tiempo en la naturaleza, escuchar el susurro de los árboles y leer un libro, o pensar solo y con tranquilidad sobre mi vida. Cuando mis pensamientos están concentrados en el tema y no regresan a la ciudad, mis problemas están allí. En estos momentos estoy atento, percibo el olor del viento fresco, aprecio que los pinos son muy rectos y como crece el musgo y la frescura de afuera penetra a mi mundo interior. Cuando regreso todo esto lo llevo conmigo. No quiero sentir que algo me pertenece, y por eso, allí donde los demás no pueden escaparse de la agitación banal me siento como un viajero libre, concentrado, ensimismado y lleno de frescura que descansa al lado del fuego.

    La fila de nombres, que siempre son muy íntimos para mí, son los creadores de lo que está vivo en mí: Akutagava, Kobo, Kavabata, Faulz, Castaneda, Nikol, Llosa, Frisch, Krishnamurti, Suzo, Tauler, Osho, Noetzsche, Ramakrishna, Milarepa, Gazdanov. Esta fila de nombres es hipnótica y al pronunciarla me quedo inmóvil y una escarcha ardiente llena mi corazón. Siento perfectamente mi mundo interior y veo una fila interminable, oigo un silencio estruendoso que se convierte en un silencio cristalino de color sangre. A veces me despierto y siento algo extraño que viene de mi sueño y si no toco mi cabeza con las manos y no me muevo durante un rato, dejándome llevar por esta somnolencia, esta sensación se manifiesta con mayor claridad. Esta percepción parece que no tiene nada que ver con el tema de los sueños, ni con nada en concreto. Se revive un poco con inquietud porque no tiene nada en común con nada con a lo que estoy acostumbrado en la realidad de la vida o en la realidad de los sueños. Parece que miente de la misma profundidad. La sensación tremenda que me asusta y me capta al mismo tiempo. Me asusta porque utiliza la amenaza para todo lo que no está incluido en esta sensación y cuanto más fuerte sea la percepción de la identidad, tanto más creerás que ésta no es nada más que una sombra plana. Pero me capta porque es mi camino, porque permite penetrar y empezar a sentir lo vacío en el modo más directo en el que lo llena todo.

    Un viajero solitario en los mundos de visión.

    Se suele decir que la mujer vive a través sus sentimientos. Pero la realidad es el sentimiento el que vive a través de la mujer.

    Se suele decir que el hombre tiene que ser fuerte. Pero en realidad es la fuerza la que necesita al hombre para comerlo ya que necesita alimentarse. La fuezra coge el tenedor, que en nuestro caso es el honor y el cuchillo que es la dignidad, pone al hombre en el plato que es la preferencia y empieza a devorarlo lentamente. Pero no me inclino a esta entrega, salgo de este plato después de haber dejado mi ropa allí, y me marcho. Que el viento cure mis heridas, que destruya mi nombre que está escrito en la arena. De este modo la fuerza no me abandonará. Juego al escondite. Vuelvo a ser el niño que era antes. Hago pompas de jabón, miro al sol desencajando los ojos y muevo mis dedos hacia el agua deshelada. Su superficie transparente está murmurándome algo, pero no lo necesito.

    Mi amigo fiel es la rabia. No entiendo la gente que es educada irremediablemente y que construyen sus relaciones con otras personas de la misma manera que el chacal trata su comida. Porque para él, la carne siempre es carne aunque esté podrida. No entiendo la cortesía que no es nada más que cortesía, y el tratamiento que no es nada más que el tratamiento. Puedo ser bruto, puedo ser cariñoso, puedo estar rabioso cuando mi rabia está dirigida a destruir las paredes entre mí y mi estupidez.

    ¿Dónde están los hombres rabiosos? ¿Hombre, dónde están tus cojones? ¿Mujer, donde están tus garras? La rabia no es agresión, no es odio ni irritación, la rabia no puede coexistir con toda esta basura. Odio, agresión, irritación son sentimientos destructivos, debilitan a la persona, la hacen impotente porque son la segunda cara de la posesión y expresan intenciones de uso en este mundo. Si el mundo no es como quiero que sea, me irrito o me pongo agresivo. La rabia es otra cosa. La rabia es un esfuerzo sobrehumano increíble para probar de romper el velo. Es la aspiración a la luz y a la vivacidad. La rabia es el sentimiento positivo. La rabia es el último salto desesperado, lleno de amor y de cariño. El que sabe ser interminablemente cariñoso nunca podrá estar rabioso de verdad; no puede estar rabioso el que no esté dispuesto a entregar su vida por otra vida. No puede ser rabioso de verdad el que no es capaz de sacrificar su vida por cualquier persona, incluso si es completamente desconocida. Pero en los ojos de lo que ves el reflejo de tu suerte. La rabia es la percepción que es capaz de sentir sólo el que tiene un objetivo, el que puede amar con toda su alma y necesita el amor como el aire. El resto es demasiado mezquino para despertar la rabia. Además la persona mezquina nuca puede ser rabiosa. No puede estar rabioso el que no puede estar concentrado. La rabia es irracional, precisamente por eso es capaz de arrancarme de las garras de mi muerte. Buda está rabioso. La rabia devora todo lo insignificante y fantasmagórico. Por eso, a una persona rabiosa le importa un pito la cortesía y las reglas de urbanidad, ¡está demasiado ocupado para prestar atención a estas tonterías! La rabia no puede estar dirigida a algo imaginario o banal. En este caso se vuelve y se va. La rabia es muy caprichosa porque nace en la lucha con la muerte. Precisamente por eso la rabia no puede estar dirigida contra otra persona, sólo a la torpeza que mata el alma y destruye el corazón y no es importante que esta torpeza sea la tuya o la mía. En este ambiente hay una choza muy antigua donde están los viejos olvidados, sus barbas son hilos de la eternidad y sus corazones están ensimismados. La vejez los bendice porque no puede luchar contra la perfección de su vacío y no es capaz de hacer envejecer lo que no trata guardar la juventud. La energía no puede abandonarlos porque ellos mismo la echaron, las fuerzas no pueden fallarlos porque ellos mismos la fallaron hace mucho tiempo entregándose a la debilidad inmensa. Los límites de la fuerza están en la debilidad eviterna. ¿Qué puede competir con la fuerza tonante de esta debilidad? Cuando la persona se lo entregó todo se hace invencible como es invencible el bosque, como son invencibles las flores del campo. Y ante este hecho es capaz de destruir las montañas y convertir en polvo las rocas milenarias.

    La plena libertad es de color cielo azul de las tierras de Bodhi. ¿Te puede apetecer algo más?

    Muy raro que yo coma y beba y la vida sigue abandonándome. ¿Qué queda después de mí? Claro, claro está. Sonrío hablando con mi memoria que me recuerda obsequiosamente:

    ¿Qué queda después de mí?

    Las flores de primavera,

    Los pájaros de verano,

    La nieve limpia y fría de invierno.

    La amnesia natural es el desierto frío y sosegado que cualquier persona tiene, y cuando las torturas se hacen insoportables el alma misma encuentra el camino y lo sigue en dirección a este silencio frío. Al sumergirte allí, experimentas algo que se parece mucho al placer, en este lugar no existe el dolor. Casi placer. Casi felicidad, aunque es vacía y cristalina. Nada tintinea. Y sólo este “casi” es la única nube en el cielo despejado. ¿“Puedo quedarme satisfecho con este “casi”?

    Cada persona tiene su punto débil. Y precisamente este punto la hace más fuerte.

    Me rodean fantasmas, muchos fantasmas… ¿Y como puedo no convertirme en un misántropo? Todos tiemblan de miedo al hacer un paso a otra dirección porque no sabe qué les espera allí y en resultado se quedan en su charco. Pero yo salí de mi charco ¿y qué? ¿Acaso ahora el problema consiste en que tengo que abandonar la gente para siempre o regresar al charco? Una persona puede creer que está construyendo un puente entre su vida nueva y su vida antigua pero este precipicio no puede cruzar a través de puentes porque cualquier puente tiene un camino hacia atrás. El puente no puede ser construido por completo – el precipicio es muy ancho entre lo conocido y lo desconocido y son diferentes estilos de la vida. Y las construcciones de los puentes no son nada más que una manera perfecta para tranquilizarse y dormirse. El precipicio lo puede atravesar sólo con un salto desesperado y atrevido. ¿Quién suele decir que está dispuesto a hacerlo? ¿Quién saltará de lo que acaban de decir que pueden hacerlo? Cada uno de los que salta consigue su objetivo pero no lo sabes hasta que no saltas. Ya no puedo volver, lo mismo que cualquier persona no va a la cárcel voluntariamente. Por eso siento que voy alejándome lentamente pero irresistiblemente. Lo que me importa son los horizontes que están adelante, ni siquiera tengo a nadie para mostrarlos, porque para verlos hay que elevar los ojos y dejar de mirar las aceras con sus orladuras. Cada hora me alejo desesperadamente y sólo el amor puede construir un vínculo increíble que unirá los grandes precipicios. Yo creo sólo en el amor a primera vista y en la capacidad de querer sin volver la cara atrás.

    Cuando miraba los ojos de ella y veía allí un amor enorme ¿qué era en realidad? Ahora tengo que preguntarme, no, ahora tengo que contestar a esta pregunta. Cuando miraba los ojos de ella ¿Qué veía allí en realidad?¿ Tal vez sus ojos fueran sólo el espejo y cuando miraba en ellos veía el reflejo de mi locura? Los ojos cubiertos con los espejos…hay algo en esto, por ejemplo, experimentas aburrimiento y ves aburrimiento o estás apasionado y en los ojos ves la pasión. ¿Pero tu corazón qué? ¿Acaso tu corazón no quiere deshacerse de estas tapas de espejo, acaso no quiere sentir? Parece que no. Quizá miente y la muerte te ha visitado.

    NUNCA rompe la cuerda por la parte más delgado. Excepto los casos del amor muy fino y penetrante.

    A mI no me gustar tratar de comprender el sentimiento. Porque la comprensión hacia este concepto más estrecho, lo corta, lo castra. Así o de otro modo, la comprensión descarta todo el mundo para la misma comprensión. Y el sentimiento al revés incluye todo el mundo y renegándose a si mismo. Todo viene al abismo desconocido y a través de cualquier cosa se puede mirar a este abismo. Prefiero mirar al abismo a través del amor. No, mejor dicho que el amor es este abismo. Cuando el sentimiento viene al punto más tenso te quedas boquiabierto. Pero resulta que se puede aumentar más y más y aun más…

    Si te preguntan – contestarás.

    Si no preguntan – no contestarás.

    ¿Qué está ocultado en tu corazón?

    ¿Bodhidjarma honrado?